Capítulo 18. ¿Migración de soporte?

30/06/2020 4 min
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Síntesis del Episodio

Yenny Viviana Cruz - [email protected]

La radio no desaparecerá mientras exista cultura oral, cultura de escucha, por eso tampoco está en riesgo. La radio se transforma, evoluciona, se adapta a las exigencias que la sociedad le va haciendo y, para ello, crea nuevas formas de producción, nuevas formas de distribución y nuevas formas de consumo, lo cual conlleva a que seduzca nuevas audiencias. Todo eso hace la radio, un medio de comunicación que, desde su primera transmisión en 1906, ha acompañado a la humanidad en los momentos más importantes de su existencia.

El año 2020 pasará a la historia por las implicaciones de la pandemia, que ha confinado a la mayor parte del planeta, y nos ha obligado a buscar otras maneras de comunicarnos con el mundo exterior. Y es allí donde nuevamente la radio aprovecha la oportunidad para convertirse en una protagonista -aunque de bajo perfil- que va adquiriendo popularidad sin mayores pretensiones, haciendo uso de esos espacios otrora destinados a románticos soñadores, hombres y mujeres que montaban emisoras virtuales en sus casas para entretener a unos cuántos amigos y parientes, quienes terminaban convertidos en fieles oyentes, motivados por el amor y la amistad, más que por la calidad de los contenidos.

Hoy, esas voces que llegan desde un computador, una tableta o un celular, representan compañía, diversión, acercamiento con la familia y los amigos. Algunos recién se dan cuenta de su no tan reciente existencia. Otros por fin le están dando el lugar de importancia negado durante más de dos décadas. Y, ha llegado su gran momento, pero no viene sola, está respaldada, y renovada, y fortalecida… Se ha transformado, como lo hace cada que el mundo vuelve a poner sus oídos atentos a lo que ella tiene por decir. Ahora, la radio tradicional va en busca de la radio virtual. Muchos quieren saber cómo hacer radio por Internet. Las empresas, los gobiernos, las instituciones, todos necesitan de nuevo a ese medio de comunicación que llena cualquier espacio con la voz, la música, los efectos de sonido y hasta el silencio, los cuatro elementos que componen su lenguaje.

Pero ella llegó diferente, ya no solo es sonido, ahora también es imagen. Abrió las puertas de su alma para acercarse aún más a sus oyentes, y mostrar los rostros detrás de las voces. Gracias a los avances tecnológicos, la radio actual es tan interactiva como nunca antes, logra una intimidad realmente profunda con el público, quien disfruta adentrándose en este mágico mundo para conocerlo desde su interior a través de las cámaras de los dispositivos, y establece una conexión total por medio de las redes sociales, dejando de reportar sintonía con la tradicional llamada telefónica a la emisora, para pasarse a escribir mensajes en un chat con otros cientos de personas, todas ansiosas por escuchar su nombre en vivo.

El hecho es que, en estos momentos, se ha logrado un acercamiento con el público a tal punto, que este ya no solo es oyente, incluso logró convertirse en productor de contenidos. Esto, gracias a que la radio virtual ha aceptado -además de la tradicional cabina de sonido- cualquier otro espacio desde donde se pueda hacer una transmisión. No sabemos si esto es un fenómeno generado por la pandemia o será el inicio de una nueva etapa para este medio de comunicación. Lo importante es que este episodio histórico nos dejará multiplicidad de aprendizajes y de reflexiones… Entonces, ¿la radio convencional seguirá el camino de la multiplicación de voces desde otros canales de distribución? ¿Se fortalecerá la migración hacia lo virtual? ¿O, por el contrario, cuando termine el confinamiento, la radio volverá al “aislamiento desde su propia cabina”?