Escuchar "Los olvidados túneles subterráneos de Portland. La ciudad de las rosas y el mercado de los desaparecidos"
Síntesis del Episodio
Los olvidados túneles subterráneos de Portland. La ciudad de las rosas y el mercado de los desaparecidos.
Portland tiene su propia ciudad subterránea, conocida como los túneles de Shanghái.
Esta intrincada red consiste en pasajes de túneles que unían el casco antiguo, conocido como Chinatown, con el centro de la ciudad.
En el pasado, los sótanos de varios establecimientos, como bares y hoteles, estaban conectados a la costa del río Willamette a través de estos túneles.
Por los que movieron sus suministros.
Los barcos atracaban directamente en donde estaban los sótanos para evitar la lluvia o el tráfico de la ciudad.
Los oscuros túneles de Shanghái están repletos de leyendas, mitos y habladurías.
Decían que por esos sótanos se facilitaba el contrabando de mercancías ilegales entre la costa y los barcos que fondeaban por allí.
Incluso, que se utilizaban como pasadizos secretos o burdeles subterráneos.
Contando con sus fumaderos de opio, casas de juego y lugares que servían de prisión de hombres y mujeres secuestrados.
Por eso, destacó la práctica llamada Shangaiing o cromping.
Consistía en secuestrar a ciertas personas para venderlos como esclavos a capitanes de barcos que necesitaban tripulación.
Normalmente, recogían a borrachos descuidados de sus bares.
La fiebre del oro en Estados Unidos sedujo a cientos de buscadores de fortunas.
Sin embargo, se encontraron con la falta de mano de obra.
Un grave problema para los armadores de buques norteamericanos.
Además, era muy difícil encontrar a marineros que quisieran enrolarse en los barcos que viajaban por el Océano Pacífico hasta oriente.
Y de ahí, en 1850 se hizo habitual este rapto y trata de seres humanos bajo tierra en Portland.
Cuando veían a potenciales hombres jóvenes, sanos y fuertes por las tabernas del puerto, los captadores les animaban a que entrasen en los bares.
Allí les servían bebida hasta que los emborrachaban.
Y se volvían unas presas fáciles para terminar siendo secuestrados.
Cuando ya les habían embarcado en alta mar, no podían escapar.
Los que no saltaban por la borda, asumieron su terrible destino y trabajaron durante la travesía hasta Shanghái, China.
Los contrabandistas tenían controlada una extensa red de túneles subterráneos en Portland.
Éstos comunicaban con los sótanos de numerosos locales compinchados con los delincuentes.
Mediante trampillas, conducían a los secuestrados a unas celdas.
Luego, les amenazaban y acababan embarcándolos a la fuerza.
Finalmente, las leyes de Maguire en 1895 y la de Blanca del año 1898 debilitaron esta actividad ilícita.
En nuestros días a la localidad de Portland se la conoce como la ciudad de las rosas.
Muchos de sus túneles subterráneos son inaccesibles o están colapsados en el presente.
Fueron los túneles que tragaban hombres.
Vidas desgraciadas y destinos truncados.
El laberinto donde el oro se pagaba con vicio y secuestros.
Portland tiene su propia ciudad subterránea, conocida como los túneles de Shanghái.
Esta intrincada red consiste en pasajes de túneles que unían el casco antiguo, conocido como Chinatown, con el centro de la ciudad.
En el pasado, los sótanos de varios establecimientos, como bares y hoteles, estaban conectados a la costa del río Willamette a través de estos túneles.
Por los que movieron sus suministros.
Los barcos atracaban directamente en donde estaban los sótanos para evitar la lluvia o el tráfico de la ciudad.
Los oscuros túneles de Shanghái están repletos de leyendas, mitos y habladurías.
Decían que por esos sótanos se facilitaba el contrabando de mercancías ilegales entre la costa y los barcos que fondeaban por allí.
Incluso, que se utilizaban como pasadizos secretos o burdeles subterráneos.
Contando con sus fumaderos de opio, casas de juego y lugares que servían de prisión de hombres y mujeres secuestrados.
Por eso, destacó la práctica llamada Shangaiing o cromping.
Consistía en secuestrar a ciertas personas para venderlos como esclavos a capitanes de barcos que necesitaban tripulación.
Normalmente, recogían a borrachos descuidados de sus bares.
La fiebre del oro en Estados Unidos sedujo a cientos de buscadores de fortunas.
Sin embargo, se encontraron con la falta de mano de obra.
Un grave problema para los armadores de buques norteamericanos.
Además, era muy difícil encontrar a marineros que quisieran enrolarse en los barcos que viajaban por el Océano Pacífico hasta oriente.
Y de ahí, en 1850 se hizo habitual este rapto y trata de seres humanos bajo tierra en Portland.
Cuando veían a potenciales hombres jóvenes, sanos y fuertes por las tabernas del puerto, los captadores les animaban a que entrasen en los bares.
Allí les servían bebida hasta que los emborrachaban.
Y se volvían unas presas fáciles para terminar siendo secuestrados.
Cuando ya les habían embarcado en alta mar, no podían escapar.
Los que no saltaban por la borda, asumieron su terrible destino y trabajaron durante la travesía hasta Shanghái, China.
Los contrabandistas tenían controlada una extensa red de túneles subterráneos en Portland.
Éstos comunicaban con los sótanos de numerosos locales compinchados con los delincuentes.
Mediante trampillas, conducían a los secuestrados a unas celdas.
Luego, les amenazaban y acababan embarcándolos a la fuerza.
Finalmente, las leyes de Maguire en 1895 y la de Blanca del año 1898 debilitaron esta actividad ilícita.
En nuestros días a la localidad de Portland se la conoce como la ciudad de las rosas.
Muchos de sus túneles subterráneos son inaccesibles o están colapsados en el presente.
Fueron los túneles que tragaban hombres.
Vidas desgraciadas y destinos truncados.
El laberinto donde el oro se pagaba con vicio y secuestros.