Escuchar "Christian Bischoff y su olvidado barco gigante. El Titanic que podría navegar por el desierto"
Síntesis del Episodio
Christian Bischoff y su olvidado barco gigante. El Titanic que podría navegar por el desierto
El escritor francés Julio Verne es recordado como un visionario.
En sus novelas imaginó algunos inventos y tecnologías que años después se hicieron realidad.
No fue el único soñador.
Johannes Christian Bischoff fue un ingeniero e inventor alemán.
A comienzos de los años 30 ideó un sistema de transporte que pretendía cambiar para siempre la forma en la que viajaban las personas.
El coche ya había reemplazado al caballo así que ahora le llegaba el turno al camello.
Sustituido por un barco gigante de lujo capaz de navegar por las arenas del desierto.
Como un Titanic del desierto capaz de transportar a bordo a cientos de personas provistas de todo tipo de comodidades.
Este proyecto es una especie de híbrido entre ferrocarril y barco.
En su diseño poseía una longitud de 60 metros, 12 m de anchura y era movido por ruedas de 15 metros de diámetro.
Su casco blindado le permitía sortear todo tipo de obstáculos, según su visionario inventor.
Podría acarrear hasta 200 toneladas de carga gracias a su motor de 200 caballos de potencia.
Empujado por un motor de pistones libres con turbina asociada, alimentado con petróleo.
Su velocidad de crucero oscilaría entre 12 y 30 kilómetros por hora, según las características del terreno que atravesase.
Estaría suspendido mediante muelles hidráulicos.
Rivalizando con el mismísimo Orient Express.
Este Titanic de las arenas tendría una autonomía de hasta 5.000 kilómetros.
Sin embargo, este ambicioso buque nunca llegó a construirse.
Sin duda, era un modelo demasiado grande, caro y poco práctico.
Además, las mejoras en otros medios de transporte, como el de la aviación, enterraron a este coloso en las arenas del olvido.
Todo quedó reducido a unos planos maquetas, artículos de prensa y a comentarios sensacionalistas.
Aunque hay que reconocer que sería todo un reclamo turístico.
Atrévete a recorrer el Sahara a bordo de un lujoso barco que navega por la arena.
El navío para los desiertos de este alemán habría sido una revolución imposible.
Contaría con camarotes y bodegas en su interior.
Una fantasía con un toque de glamour y de Steampunk.
No faltaría su salón panorámico, comedores de lujo, baños térmicos, salas de observación astronómica, bibliotecas, pasillos rodantes, ascensores o plataformas de carga y descarga.
Es un buen ejemplo de tecnología especulativa.
El desierto no es un uniforme, hay arena suelta, dunas, rocas, tormentas, calor extremo y muchas variaciones térmicas.
Un enclave demasiado hostil y complicado de navegar mediante este imaginativo diseño.
Por lo tanto…fue un barco gigantesco de lujo que naufragó antes de zarpar.
Hundido, no por el mar, sino en el espejismo, en un oasis del sueño humano.
El escritor francés Julio Verne es recordado como un visionario.
En sus novelas imaginó algunos inventos y tecnologías que años después se hicieron realidad.
No fue el único soñador.
Johannes Christian Bischoff fue un ingeniero e inventor alemán.
A comienzos de los años 30 ideó un sistema de transporte que pretendía cambiar para siempre la forma en la que viajaban las personas.
El coche ya había reemplazado al caballo así que ahora le llegaba el turno al camello.
Sustituido por un barco gigante de lujo capaz de navegar por las arenas del desierto.
Como un Titanic del desierto capaz de transportar a bordo a cientos de personas provistas de todo tipo de comodidades.
Este proyecto es una especie de híbrido entre ferrocarril y barco.
En su diseño poseía una longitud de 60 metros, 12 m de anchura y era movido por ruedas de 15 metros de diámetro.
Su casco blindado le permitía sortear todo tipo de obstáculos, según su visionario inventor.
Podría acarrear hasta 200 toneladas de carga gracias a su motor de 200 caballos de potencia.
Empujado por un motor de pistones libres con turbina asociada, alimentado con petróleo.
Su velocidad de crucero oscilaría entre 12 y 30 kilómetros por hora, según las características del terreno que atravesase.
Estaría suspendido mediante muelles hidráulicos.
Rivalizando con el mismísimo Orient Express.
Este Titanic de las arenas tendría una autonomía de hasta 5.000 kilómetros.
Sin embargo, este ambicioso buque nunca llegó a construirse.
Sin duda, era un modelo demasiado grande, caro y poco práctico.
Además, las mejoras en otros medios de transporte, como el de la aviación, enterraron a este coloso en las arenas del olvido.
Todo quedó reducido a unos planos maquetas, artículos de prensa y a comentarios sensacionalistas.
Aunque hay que reconocer que sería todo un reclamo turístico.
Atrévete a recorrer el Sahara a bordo de un lujoso barco que navega por la arena.
El navío para los desiertos de este alemán habría sido una revolución imposible.
Contaría con camarotes y bodegas en su interior.
Una fantasía con un toque de glamour y de Steampunk.
No faltaría su salón panorámico, comedores de lujo, baños térmicos, salas de observación astronómica, bibliotecas, pasillos rodantes, ascensores o plataformas de carga y descarga.
Es un buen ejemplo de tecnología especulativa.
El desierto no es un uniforme, hay arena suelta, dunas, rocas, tormentas, calor extremo y muchas variaciones térmicas.
Un enclave demasiado hostil y complicado de navegar mediante este imaginativo diseño.
Por lo tanto…fue un barco gigantesco de lujo que naufragó antes de zarpar.
Hundido, no por el mar, sino en el espejismo, en un oasis del sueño humano.
Más episodios del podcast PODCAST DE TIM BENIYORK EN BENIDORM
Cómo nació nuestro universo de la nada
07/12/2025
ZARZA Somos ZARZA, la firma de prestigio que esta detras de los grandes proyectos en tecnología de la información.