El persistente miedo a los avances tecnológicos, una constante, a lo largo de la historia

20/09/2025 7 min
El persistente miedo a los avances tecnológicos, una constante, a lo largo de la historia

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Síntesis del Episodio

El persistente miedo a los avances tecnológicos, una constante, a lo largo de la historia.
 El exceso de libros generará una sobrecarga de información.
 Perjudicial para la mente del pueblo.
 Eso decían algunos en el siglo 16.
 Como veremos, el miedo a los avances tecnológicos ha sido una constante a lo largo de la historia.
 Este nuevo invento producirá el olvido de la mente de quienes lo utilicen.
 Dejarán de ejercitar la memoria y se fiarán de los signos externos.
 Así lo expresó Sócrates, la primera persona documentada, en quejarse de los nuevos descubrimientos.
 Según él, la escritura haría que lo olvidáramos todo porque no sería necesario memorizar nada más.
 De hecho, el gran pensador fue coherente con su idea y no escribió ningún libro.
 Lo que sabemos de sus pensamientos nos llegó a través de sus discípulos, sobre todo de Platón.
 No fue el único.
 En el siglo primero antes de Cristo, el orador Cicerón pregonaba la idea de entrenar la memoria y de evitar la escritura, siempre que fuera posible.
 Sin embargo, cuentan que la memoria del propio Cicerón era lamentable.
 Tenía que anotarlo casi todo, incluso hasta dónde había dejado las sandalias.
 Más tarde, San Isidoro de Sevilla compiló todo el saber de su época.
 Tanto es así, que en 2001, el Vaticano llegó a plantearse proclamarlo como el patrón de Internet.
 Pues bien, este escritor, musicólogo, historiador y filósofo, ya advertía de lo siguiente:
 La multiplicidad de libros solo trae confusión y más confusión.
 Con el paso de los años, del miedo a la escritura pasamos al miedo a los libros.
 La cosa no terminó ahí.
 Gutenberg inventó la imprenta en el siglo 15.
 Hasta entonces, los copistas y los monasterios tenían el monopolio de los libros.
 De manera que su revolucionario invento supuso una amenaza directa a su oficio.
 Llegaron a describir a los libros impresos como una mercancía vulgar frente a la belleza de los manuscritos.
 La Iglesia católica intuyó la rapidez con la que la imprenta podría difundir pensamientos heréticos en la población.
 En 1559 creó el Índice de libros prohibidos.
 Para tratar de controlar qué libros se podrían leer y cuáles no.
 Curiosamente, en la lista de los libros prohibidos figuró la Sagrada Biblia.
 La razón es que sólo se permitía leerla en latín.
 Por lo tanto, el traducir la Biblia en las lenguas del pueblo, era visto como una amenaza.
 Incluso, algo más que eso.
 En el siglo 16, William Tyndale la tradujo al inglés y lo pagó con su vida.
 Fue quemado en 1536.
 Como vemos, primero fue el miedo a la escritura, luego a los libros y de ahí evolucionó al temor a las obras salidas de la imprenta.
 En 1899, un periódico estadounidense publicó este titular de impacto:
 Es un contagio de podredumbre cerebral, con millones de niños incapaces de aprender nada.
 Esta vez, las culpables fueron: las revistas.
 La nueva amenaza mortal para la concentración infantil.
 Al igual que hoy, se culpa a los móviles y a las pantallas.
 Al final, las revistas formaron parte de la vida diaria de la gente junto con la prensa, los libros, la escritura y más tarde… con el televisor.
 En los años 30, algunos críticos norteamericanos se metieron con la radio.
 Porque perjudicaba la concentración de los niños.
 Los más pequeños tenían que dividir su atención entre los ruidos que salen del altavoz y sus libros para estudiar.
 En los años 50 y 60 la televisión recibió el mismo trato, una lluvia de reproches.
 La prestigiosa Asociación Médica Americana alertó de que ver demasiada televisión provocaba ‘pasividad mental’.
 La tele es un medio frío que convierte a los espectadores en criaturas distraídas.
 En los 90, los videojuegos fueron el nuevo invento demonizado.
 Los que corrompían la mente de nuestros hijos.
 El persistente miedo a los avances tecnológicos continuó en el año 2010.
 Nicholas Carr publicó un libro titulado: Superficiales.
 Donde argumentó que: Leer libros es como bucear en aguas profundas, requiere inmersión y concentración.
 Ahora con las redes sociales nos movemos en la superficie.
 Saltando de un enlace a otro sin profundizar en nada.
 Internet está reconfigurando nuestros cerebros, volviéndonos incapaces de concentrarnos o reflexionar.
 Lo cierto es que hay varios tipos de atención y se pueden entrenar.


 Tanto para ver una película, como para jugar una partida a un video juego, para leer un libro o una revista y hasta para seleccionar lo que nos interesa de las redes sociales.
 Recientemente, este miedo ancestral se ha concentrado en la inteligencia artificial.
 El propio Stephen Hawking advirtió que: El desarrollo de una inteligencia artificial completa podría significar el fin de la raza humana.
 De manera que si una máquina es lo bastante inteligente como para mejorarse a sí misma, superará a los humanos y…ya no nos necesitará.
 De nuevo, Elon Musk remató este aviso, diciendo que: Lo que estamos haciendo con la IA es invocar al demonio.
 Menos mal que la mayoría de la gente no les ha hecho mucho caso y hemos seguido progresando.
 O quizás hayamos llegado hasta aquí por obra del mismísimo diablo.

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