Capítulo 16-Quién es Mercedes, la libertadora de esclavos? Parte2

17/03/2024 15 min
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Síntesis del Episodio


Mercedes, como la mayoría de la gente con la que me crucé en mi búsqueda, con un par de excepciones, en primera instancia me trató con un poco de desconfianza y distancia. Casi como si me hubiese dicho: “Viniste acá a hacerme perder el tiempo?”. Sentada en su oficina, me mostró un pila de carpetas que eran los casos que estaban esperando que los pasaran a buscar. “Mirá, ves esa pila? Bueno, es de gente que vino, dejó su partida y nunca más volvió. Al pedo me hicieron buscar! Todos quieren que los salven, pero nadie se hace cargo! Aparte te digo una cosa, que hay cola, o sea vos me dejas esto y van a pasar meses antes de que tenga algo”.Al parecer, había cola para hacer la investigación. Mucha gente se acercaba a su oficina con la partida de nacimiento, así que Mercedes tenía muchísimo trabajo. Le expliqué que yo venía desde Suecia, que venía filmando un documental y que en cuanto tuviese una carpeta con toda la información sobre las posibles madres que tenía que ir a visitar, más vale que lo iba a hacer, porque sino el team del documental me iba a matar. Esto ya no se trataba sólo de mí. Yo estaba sola sentada ahí, pero venía con un grupo de gente que me seguía. Esto no era un arranque espontáneo, yo estaba en una misión. Porque a medida que fuimos filmando, que pasaron los años, me di cuenta que la venta de niños era algo tan común y los que buscábamos éramos tantos, y el consenso social tan grande, que lo que comenzó como simplemente la búsqueda de mi identidad biológica, se fue convirtiendo de a poco en una necesidad de hacer visible algo que pareciera invisible para la mayoría de la gente.
Mercedes me explicó muchas cosas, una de ellas es que yo no fui adoptada ilegalmente, porque una adopción siempre es legal. Hay un documento que dice quien es la madre, a que hora una nació y donde. Yo tengo en vez identidad sustituida. Es decir, tenía una identidad al nacer, la cual fue borrada y sustituida por completo. Y a pesar de que ya el hecho de crecer con gente que no son mis progenitores biológicos afectó mi psiquis de la misma forma que cualquier otra persona que no hubiese crecido con su familia biológica por la razón por la que fuera, la identidad sustituida, me dijo,  conlleva un saborcito especial que nace del contexto en el que sucede. Hay un respeto hacia la historia del niño que nace y hacia la madre que lo dio a luz en la adopción legal, que desaparece en la sustitución de identidad. El recién nacido, totalmente desprotegido es un producto que está a la venta. La madre que lo dio a luz generalmente carece de todo derecho o poder de decisión. Consciente o inconscientemente, los sustituidos lo sabemos. Mercedes me explicó todo esto y más. Me ayudó a ponerle palabras a sensaciones y emociones que llevo en el cuerpo desde hace tanto tiempo sin realmente saber de qué se trataba. También hablamos de la gran diferencia que puede hacer la familia con la que crecemos, como los mismos padres se manejaron con esta verdad, y como hicieron para manejar su propia angustia. Para el final de ese viaje en el 2018, entendiendo nuestra situación especial, Mercedes preparó una lista de catorce mujeres a las que había que ir a visitar. Si. Ni una, ni dos, ni cinco. Eran catorce. Hicimos la cuenta con Simón, un poco dependiendo de cuánto podría yo aguantar desde el punto de vista emocional, y llegamos a la conclusión que serían catorce días de ir a visitar madres, más un par de días de descanso entre medio. Eso implicaría que nuestra estadía se extendería a casi un mes más, y no teníamos el presupuesto para quedarnos tanto más tiempo en Argentina. No llegábamos a hacerlo en ese viaje, así que le dije a Mercedes que teníamos que organizarnos y volver cuanto antes. Nos miró con desconfianza cuando se lo dijimos, pero al fin y al cabo, había un documental que se estaba filmando, con una productora involucrada, ella sabía que abandonar la búsqueda no era una opción. 
Tal cómo dije antes, siempre puedo contar con la vida para arruinar mis planes. Así fue que ese mismo año, 2018, después de ese viaje a Argentina, la relación de trece años que tenía con mi pareja, lento pero seguro, se fue terminando. Con mudanzas y tristezas entre medio, no tenía plata para viajar a Argentina en el 2019, así que con Simon organizamos un crowdfunding para poder viajar cuánto antes. El 15 de febrero del 2020 tuvimos un evento donde con mi banda tocábamos mis canciones, y entre canción y canción Simon mostraba imágenes de lo que habíamos filmado. El evento fue un éxito total y conseguimos la plata necesaria para viajar. Pensábamos hacerlo en mayo del 2020, pero no contábamos con lo que puso al mundo en cuarentena menos de un mes más tarde del concierto. No contábamos con esa supuesta sopa de murciélago mal hervido. No contábamos con el mundo entero entrando en un letargo durante los próximos años, ni con que Argentina sería uno de los países con la cuarentena más larga y estricta. Tal cómo lo hicieron muchos otros, era tiempo para reorganizarse, tiempo de introspección, de espera, mientras el mundo se acomodaba ante la pandemia. En Suecia las restricciones apenas se sintieron. La distancia social ya existía antes de la pandemia, así que no hubo mucha diferencia. Los eventos en vivo como conciertos se cancelaron, pero ante la nueva realidad, el mensaje de que esta vida es frágil, que se puede terminar en cualquier momento le pegó fuerte a la gente y al contrario de lo que me esperaba, tuve muchísimo trabajo produciendo música. Todos querían cumplir su sueño de grabar sus canciones. Cómo si de repente todos se dieran cuenta que es en esta vida que hay que tratar de cumplir los sueños, porque no hay segunda parte a esta película. Las noticias de Argentina me llegaban a través de mi papá, quién desafortunadamente se cayó bajando las escaleras de su casa en el 2021, lo cuál hizo que su salud empeorara rápidamente. Argentina estaba muy difícil. La pandemia estaba haciendo que todo lo que era complicado antes de la pandemia, se complicara aún más. En Estocolmo me preguntaban cómo iban las cosas en Buenos Aires, que cómo hacía la gente para sobrevivir. Y yo les contestaba lo que vengo contestando desde que me mudé a Suecia: “Los argentinos están acostumbrados a las crisis. Han desarrollado la increíble habilidad de seguir para adelante de formas que uno desde acá no se imaginaría nunca”. 
Así es, me enteré más tarde, que a pesar de todo lo que estaba pasando, en Argentina muchas otras personas con identidad sustituida se habían organizado y abogaban por el derecho a la identidad biológica. Es decir muchas personas como yo, se cansaron de que nadie las ayudara y luchaban por el derecho que tenemos todas las personas a conocer nuestra herencia genética y cultural, nuestrxs progenitorxs y las circunstancias de nacimiento, entre otras cosas. Es más, habían presentado un proyecto de ley al congreso para poder recibir ayuda de parte del gobierno en la búsqueda de su identidad biológica. Finalmente, el 21 de abril de 2022 se aprobó en la cámara de senadores de la provincia de Buenos Aires la Ley de identidad biológica o de Origen que es una legislación que busca ser una herramienta para aquellas personas que tengan dudas sobre su origen biológico.El objeto de esta ley es garantizar el acceso gratuito de las personas a toda información relacionada con la propia identidad de origen, que conste en los diversos registros de organismos públicos provinciales, a cuyo fin el Estado deberá facilitar los medios necesarios.En otras palabras, la labor de Mercedes, quién sólo trabajaba en Capital Federal, se convirtió en una ley que de a poco está siendo aprobada en todas las provincias de Argentina. Como dije antes, felizmente, estamos destinados a evolucionar.
Cuando volvimos en junio del 2022, post pandemia, Mercedes ya se había jubilado, así que en vez fuimos a la oficina de derechos humanos a hablar con Cecilia, su sucesora. Cecilia al igual que Mercedes se tomó su tiempo para explicarnos cada caso y le pudimos hacer todo tipo de preguntas. Con paciencia y tenacidad Ceci nos ayudó en todo lo que pudo, siguiendo la investigación hasta el último caso.A Mercedes la ví el último día antes de partir de vuelta a Suecia. Como siempre, un recibimiento duro y cálido al mismo tiempo. Nos encontramos en un café en el centro de Buenos Aires, junto con Simon que filmaba el encuentro. Que felicidad verla, tenía tanto para contarle! Y ella tenía tanto para contarme! Despotricó como siempre contra el gobierno y la corrupción del país, demandando que la gente tiene que empezar a tomar responsabilidad sobre sus vida y dejar de culpar a todo el mundo por todo. Habló de Abuelas de Plaza de Mayo como siempre, y me contó nuevamente sobre su propia historia y la desaparición de su hermano antes de la dictadura militar del ́76. Mercedes misma había sobrevivido tanto. Lloramos juntas, nos reímos juntas y  antes de irme le dije: “No me querés adoptar vos en vez?” haciendo alusión que si igual mi partida de nacimiento es falsa. No me quería ir. Si hay una persona en el mundo que entiende por lo que pasé, lo que me costó, lo que vengo cargando y el vacío por dentro, es Mercedes. Pero el tiempo es tirano, así que me tuve que despedir y seguir mi camino.Mercedes es una fuerza incansable que no se da por vencida. Ese tipo de personas a quien admiro profundamente, que sin pena ni gloria, hizo lo que tenía que hacer, porque era lo correcto. Pero, de dónde venía ese llamado? Porqué le dedicó todo ese tiempo y energía a los sustituidos, a los que a nadie les importaba? Antes de irme alcancé a preguntarle y la respuesta fue tan hermosa como Mercedes misma. Fue más o menos así: “Y, alguien tiene que hacerlo. No puede ser que esto siga así”. Recuerdo la vez que me contó la historia de su nombre “Mercedes” “Sabés qué quiere decir?”, me dijo “Libertadora de esclavos”. Dentro suyo, el deseo de justicia arde fuerte. Será que siempre fue su destino ser quien es? Gracias Mercedes, y gracias Cecilia, por liberarnos a todos nosotros, esclavos de nuestro vacío, esclavos de nuestra búsqueda.

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