El arte en cualquiera de sus formas es algo increíble cuando se encuentra entre tus manos y te deja moldearlo a tu antojo. Pero cuando sientes una conexión especial con una persona y jugáis a crear, todo se multiplica por muchísimo. Eso mismo ocurrió con este relato y este vínculo.La trinchera del corazón nació a raíz del mero disfrute de imaginar una historia detrás de una imagen -pero juntos-, bajo la premisa "a ver a dónde nos lleva..." Imaginamos a un pequeñín viviendo una posguerra, yo desde el prisma de la tristeza y el drama, y él desde un querer saber el trasfondo de esas emociones. Creo que la unión de esas dos piezas fue la clave para dar lugar a unas líneas sobrecogedoras y repletas de verdad, mecidas además por la banda sonora de 'El laberinto del fauno'.No llegamos a ponerle nombre a nuestro protagonista, pero te invito a que lo hagas si te apetece. Dale la identidad que te plazca, la cara que te venga a la mente a través de sus desventuras, el país en el que lo quieras situar... sé parte de esto: quiérele y cuídale como nosotros lo hicimos y lo haremos el resto de nuestros días.Sin más, agradezco por 5489375892 vez a mi eterno socio el atreverse siempre a desafiar las palabras (y la vida) conmigo.

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