Síntesis del Episodio "Las Clases del Profe Chamorro - Capítulo 8 - Anatomía Veterinaria y Vida silvestre 1 parte"
En el programa de hoy escucharemos la primera parte de una entrevista que haremos en varias entregas con el colega y compañero de trabajo de la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia JUAN FERNANDO VÉLEZ, quien es el profesor del curso de ANATOMIA ANIMAL. Juan Fernando nos hablará sobre su trabajo con anatomía veterinaria y como puede ser importante en la conservación de especies. Una charla imperdible. En la sección de MÚSICA CHARLADITA escucharemos una canción me gusta bastante, fue la primera que escuché de esa banda y aún, después de más de 30 años sigue vigente. Hablo de una canción de KRAKEN con la voz de Elkin Ramírez. La canción se llama TODO HOMBRE TIENE UNA HISTORIA, que es un relato de un rebelde que busca sus sueños y los logra, con toda la honestidad que caracteriza al metalero. Escúchenla al final del programa. Los saludos de hoy van para mis amigos que trabajan con fauna silvestre. Un saludo a Cristian Zúñiga, a mi “dizque hijo” Gazapo Iván Romero, a Andrés Quintero que es un duro en cetrería, a aquellos amigos que hace rato no veo y que todavía los recuerdo con mucho cariño, como Paola Cruz que está ahora en Leticia, Ricardo Murillo en Villavicencio… y en general a todas aquellas personas que siguen éste programa y que trabajan en éste gremio tan bonito. En la sección de las ECONOMÍAS SOLIDARIAS, les comento que ya tenemos cinco emprendimientos que estamos apoyando. Seguiremos apoyando los emprendimientos de VIVIAN PORTELA con biotecnología reproductiva, TOFELO PET SHOP con accesorios para mascotas, el HUERTO DE NOE de nuestra amiga Patricia Gómez, además de los emprendimientos de LOGÍSTICA EMPRESARIAL y de nuestro amigo domiciliario CAMILO ANDRES HOYOS. Les recuerdo, quiero ayudar a las economías solidarias, compañeros con emprendimientos familiares o propios y además promover el trueque de servicios o cosas que ustedes quieran cambiar. Solo dejen un audio de no más de hasta 15 segundos donde cuenten que quieren promocionar o truequear, con número de contacto... yo edito el audio y armamos la sección de las economías solidarias en el podcast. Como es costumbre, quiero hacer una pequeña reflexión sobre un tema en especial. Hoy hablaremos sobre una enseñanza que me dejó un abuelo Murui Huitoto sobre la forma en que aprendemos en occidente. Todo empezó con la invitación de un amigo, Renato González, que me invita en alguna parte de Colombia a visitar al abuelo Rodolfo Giangrekudo, que en esos momentos se encontraba ayudando a hacer y consagrar una maloca para fortalecer la palabra. Llego yo al predio y pido permiso para entrar, y pido hablar con el abuelo. Le pregunto si le puedo hacer una entrevista… él me contesta con una sonrisa pícara con la boca llena de mambe: “y que hay para mí”… yo sorprendido, le digo: “abuelo, yo no traje nada más que a mí mismo, unos panes y tabaco para usted”. El abuelo Rodolfo le da risa y me hace sentar al lado de la maloca que ya estaban techando con hojas de palma real. Ellos siguieron trabajando. Yo me sentí un poco mal, pues pensé que el abuelo me estaba pidiendo plata y pues, no venía listo para eso. Al rato de estar sentado ahí, me sentí inútil y le dije al abuelo que me permitiera ayudarles. El abuelo me dejó a un lado pasando hojas de palma ya cortadas y arregladas para subirlas a quienes estaban en la parte alta techando la maloca…. Así estuve casi tres horas colaborando, terminé con las manos cortadas, pero muy animado y contento pues quienes ayudaban eran personas muy amables y buenas. Me reuní luego con los muchachos que estaban tomando Kaguana, que es una bebida hecha con yuca y piña, muy tradicional en las comunidades ancestrales amazónicas, y me mandan razón que el abuelo me mandaba a llamar… uno de los muchachos se sorprende pues el abuelo me hace sentar a la izquierda de él, que es el lugar reservado a los hombres con más jerarquía o importancia después de él. A la derecha del abuelo se sentará la abuela, o sea su compañera y de ahí en adelante se sientan las mujeres importantes en orden. Me voy yo, emocionado pues esta entrevista la quería hacer hace rato, y la primera pregunta que hago es: “Abuelo, usted antes de empezar, me dijo que qué era lo que yo le podría dar… entendí mal y pensé que era plata. Pero ud me manda a hablar con ud y me confundió. Quiero saber que necesitaba de mí.” El abuelo me dice con una sonrisa mientras prendía la hoguera que estaba en el centro de la maloca: “Ustedes los blancos piensan siempre en términos de dinero, yo lo que quería de usted es trabajo, y eso me dio, por eso le doy la entrevista. A mí la plata no me sirve mucho, en la selva un billete se pudre y las monedas se oxidan”. Sorprendido por la razón que me da el abuelo, sigo preguntándole: “¿me deja sacar una grabadora para grabar la conversación?” a lo que me dice el abuelo que no. Le vuelvo a preguntar: “¿Me deja sacar una cámara de video y grabo mientras conversamos?”. El abuelo vuelve a contestar que no me deja. En mi terquedad, le pido permiso para sacarle unas fotos… a lo que el abuelo me vuelve a decir que no. Por último le pido me deje sacar una libreta para tomar apuntes y el abuelo en medio de una sonora carcajada me dice algo que me quedó sonando desde ese día: “Ustedes los blancos son como bruticos, para aprender quieren copiar y repetir como loros lo que otro les muestra. Ustedes estudian muchos años en universidades y facultades donde les enseñan cosas que solo ustedes usan para ustedes mismos. No les enseñan cosas útiles, como por ejemplo conseguir alimento o como hablarle a los dioses o como honrar a los ancestros”. Estaba prácticamente absorto escuchando con mucha atención, y él sigue diciendo: “Ustedes estudian mucho, pero no saben nada. Ustedes ya no saben aprender, porque no escuchan. Ustedes no necesitan hacer doctorados o carreras completas para ser buenas personas. Véngase para la selva conmigo unos dos meses y no necesitará hacer ningún doctorado, en la selva se aprende todo lo que una persona necesita para la vida”. Ahí fue cuando, tal vez un poco herido en mi ego académico, pues le he dedicado muchos años a la academia convencional, para que alguien me diga que he cometido un error, le pregunto al abuelo Rodolfo cuál era la mejor forma de aprender, según él. El abuelo me responde: “ud no se ha dado cuenta, ¿No? La mejor forma de aprender sobre algo o alguien es ESCUCHANDO. Ustedes ya perdieron esa capacidad de escuchar, solo están oyendo y repitiendo como loros, pero no escuchan, que es analizar, pensar y preguntar. Ustedes siempre tienen que repetir lo que aprenden para que no se les olvide, pero no tienen en cuenta que las cosas más importantes de la vida se aprenden escuchando a otros que saben más que usted y poniendo en práctica lo que escucharon, equivocándose, volviendo a hacer las cosas y haciéndolas cada vez de mejor manera. Eso es como aprender a caminar. Caminar es una necesidad que el hombre aprende cuando está listo para ello. Así es como la mayoría de personas no están listas para algún conocimiento y el gran espíritu no les muestra nada todavía hasta que están listos”. La charla continuó mientras estaba llegando la gente convocada a la reunión, que era una ocasión para reivindicar las danzas tradicionales, que el abuelo me explicaba en castellano, pues los cantos los hacían en lengua murui. Me contó sobre su mito de origen, sobre las plantas de poder y el significado de la naturaleza para los Murui. Aprendí mucho esa noche, terminé la charla con el abuelo muy tarde, con la boca verde de comer mambe de coca y las manos negras del ambil de tabaco. Me fui de allí revitalizado, con muchas ganas de aprender y de empezar a procurar entrenar más mi sentido de ESCUCHAR, pues en esa noche aprendí que nos han contaminado enseñándonos cosas que no son útiles para nosotros, nos hemos olvidado de enseñar valores, enseñar con actos y con la palabra. Los Murui siempre se sientan frente al fuego para solucionar sus conflictos hablando, ellos respetan a los ancianos pues ellos son la palabra viva y a nosotros se nos olvida la experiencia de los mayores nuestros. Es importante ESCUCHAR, es importante no solamente oír. Debemos tratar de aprender por repetición, pues las cosas si no se repiten se olvidan. Tenemos que aprender a vivenciar nuestros entornos y aprender a involucrarnos con nosotros mismos, dejando los egos de todo tipo por fuera y usar el respeto como herramienta para poder aprender ESCUCHÁNDO. Bueno compañeros. Los dejo con esta OCTAVA emisión de las clases del profe chamorro...
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