Nos durmieron otra vez

06/08/2020 4 min

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Síntesis del Episodio

Hace ya tres años que arremetí con una campaña tendiente a lograr la concientización de la comunidad Misionera en general, y la Posadeña en particular, sobre los terribles problemas que nos traían las a simetrías con nuestros vecinos paraguayos, especialmente, y también con los hermanos brasileros. En ese momento, el drenaje de divisas argentinas hacia el exterior era descomunal, y se hacía especialmente notorio con las terribles colas de móviles de todo tipo que se armaban a lo largo de nuestro hermoso Acceso Sur. Si lo recuerdan, eran colas kilométricas de gente que evidentemente sentía un profundo amor por sus congéneres de la otra orilla, ya que en el 90% de las consultas realizadas, respondían que iban a visitar a parientes y amigos, en tanto el 10% restante afirmaba que su única motivación para cruzar el puente era recorrer sus lindas calles, plazas y costanera. En aquel entonces, las autoridades de Encarnación e Itapúa se preocupaban seriamente por la salud de los argentinos que aguantaban a pié firme la espera bajo el sol, y proponían cosas ingeniosas tales como incrementar el número de vagones del ferrocarril, agregar balsas y lanchas, impulsar un puente adicional a la altura de Candelaria etc etc. Toda una biblioteca de argumentos absolutamente hipócritas tanto de uno como de otro lado del río Paraná. La desnuda verdad es que desde Posadas se iban a comprar más barato, y desde Encarnación se esmeraban para quedarse con nuestros dineros trabajosamente ganados. Una ecuación de simple resolución, ya que todo lo que decrece y se achica de este lado, tiene su contrapartida en crecimiento y desarrollo del otro lado.
Ante semejante obviedad, entendí que algo debíamos hacer y propuse disparar con misiles al problema, ya que era y es de suma gravedad para mi visión localista del destino que debemos preparar para nuestra descendencia. Como estoy harto de las recetas repetidas que nada cambian, es decir, auténtico gatopardismo, decidí jugarme por postular que Misiones sea considerada un Área Aduanera Especial, un lugar con múltiples beneficios fiscales y tributarios que harán competitivos nuestros productos y comercios, lo que nos asegura un destino de superación y grandeza como nos merecemos. Las críticas de aquel entonces a semejante propuesta tenían mucho que ver con el enojo que eso provocaría especialmente a Brasil, con el que teníamos especiales lazos de afectos en tiempos de Dhilma y Lula. Sería algo así como un ataque a traición, una puñalada en la espalda, y mejor no enfurecer a los hermanos poderosos.
Bueno, les cuento en qué andaban en Brasilia, sede del Gobierno, en Itamaratí, sede de la cancillería, y en todos los estados gigantes del sur brasilero: Estaban trabajando un plan para mejorar sus ventas al extranjero; pero no a los extranjeros del otro lado del Atlántico o al gran país del Norte. Escuche bien, el plan es de aplicación en las localidades fronterizas, en ciudades mellizas, lo que significa una frente a otra, de esas que tenemos varias en Misiones. ¿Saben cuál es la frutilla del postre? La Ley para su implementación es del año 2012; ¿escucharon? ¡2012! En pleno amorío fraterno con los brasileros. ¿Se entiende por qué titulé esta nota “Nos durmieron otra vez”? Está bien vecino que se sienta un gil. Es así nomás.