Pasando un día en la antigua Roma de hace 2.000 años atrás.

17/09/2025 8 min
Pasando un día en la antigua Roma de hace 2.000 años atrás.

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Síntesis del Episodio

Pasando un día en la antigua Roma de hace 2.000 años atrás.
 Imagina abrir los ojos en una ciudad que nunca duerme: la Roma del Imperio.

 El bullicio de las calles, el eco de los martillos y el murmullo de miles de voces lo llenan todo.

 Obreros y esclavos trabajan sin descanso en el Coliseo, levantando piedra tras piedra de la futura maravilla.

 Entre los andamios, alguien comenta con orgullo: “Este será el edificio más grandioso de Roma”.

 Y no se equivocan: el Coliseo se convertirá en un símbolo eterno de poder y espectáculo.

 A unos pasos de allí, en el palacio imperial, la vida transcurre entre lujos y decisiones políticas.

 El Senado discute nuevos decretos, y los ciudadanos se preguntan: ¿mejorarán sus vidas o traerán más incertidumbre?

 Todo depende del tiempo, de la fortuna y del capricho de los dioses.

 La jornada romana también se vive en espacios más cercanos y cotidianos.

 En un thermopolium, en la taberna popular, los amigos comparten vino y pan, hablando de cosechas y rumores.

 “Las uvas de este año son dulces y abundantes”, presume un comerciante ante la sonrisa de una dama.

 En otro rincón, el agua fresca de una fuente alivia el calor sofocante del verano.

 “Un regalo de los dioses”, comenta alguien mientras sumerge sus manos en el agua clara.

 El mercado es un espectáculo en sí mismo.

 Paños de colores, especias exóticas y ánforas de aceite se exhiben en cada puesto.

 “Tres denarios por esta tela fina”, grita un vendedor orgulloso de su mercancía.

 Entre regateos y carcajadas, los romanos llenan sus cestas con productos llegados de todos los rincones del imperio.

 La vida romana también está marcada por el ocio y el espectáculo.

 Los gladiadores entrenan sin descanso, entre golpes secos y las órdenes de los instructores.

 “Escudo en alto, más rápido, más fuerte”, ordena el maestro.

 El pueblo espera ansioso los juegos de mañana, donde hasta el emperador estará presente.

 Para los romanos, los combates no son solo entretenimiento: son un reflejo de disciplina, fuerza y destino.

 Tras la intensidad del día, llega el momento de relajarse en las termas.

 El calor del hipocausto envuelve los cuerpos cansados, un auténtico prodigio de la ingeniería romana.

 Allí, entre vapores y conversaciones, se cierran negocios, se comparten secretos y se disfruta del descanso.

 “Es una bendición después de una larga jornada”, susurra un ciudadano agradecido por el calor reconfortante.

 La medicina también tiene su lugar en esta sociedad.

 Un medicus aplica sus ungüentos a un herido, quien le responde con un sencillo “Gracias, doctor”.

 Aunque los conocimientos son limitados, el cuidado y la tradición médica alivian los dolores y salvan vidas.

 Roma no sería nada sin el esfuerzo colectivo.

 Grupos de obreros empujan enormes piedras, sincronizados al grito de “¡Heave!”.

 Cada bloque levantado es una victoria compartida, un paso más hacia la grandeza de la ciudad.

 Incluso el ocio infantil tiene cabida en estas calles.

 Dos jóvenes juegan a competir: “¡Mi turno, yo voy a ganar!”, grita uno entre risas.

 Pequeños gestos que recuerdan que Roma también es un lugar para soñar.

 Al caer la noche, las familias se reúnen en sus hogares.

 Se elevan plegarias a los dioses y a los antepasados, pidiendo protección y prosperidad.

 “Que nuestra casa sea bendecida”, dice el pater familias frente al altar doméstico.

 Así transcurre un día en la Roma antigua: trabajo, comercio, ocio y religión entretejidos en una misma vida.

 Una ciudad inmensa donde cada rincón cuenta una historia y cada persona contribuye a su grandeza.

 Roma, con su esplendor y contradicciones, sigue siendo un espejo fascinante de lo que fuimos y de lo que somos.

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