La limpieza espiritual consiste en que el ser humano se limpie de todo rasgo negativo de carácter y todo pecado. Esto aplica no solamente a pecados conocidos y evidentes, sino también a aquellos actos respecto de los cuales el corazón se siente incitado a considerarlos como permitidos. [Son la clase de actos] que cuando los analizamos a la luz de la verdad descubrimos que a la persona solamente le parecen permitidos porque su corazón todavía es afectado por algún deseo del cual aún no se ha purificado completamente, y es por eso que lo puede incitar hacia una actitud ligera.

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