Al Amparo de la Emunah

19/10/2024 1h 27min
Al Amparo de la Emunah

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Síntesis del Episodio

La conducta de los demás pueblos difiere de la del pueblo de Israel. Los otros pueblos se sienten protegidos cuando residen bajo su propio techo, y sienten temor al abandonar la seguridad de sus hogares. Por el contrario, los Hijos de Israel se inquietan cuando residen dentro de sus casas, bajo la protección de sus propios techos, pues temen caer en la altanería y olvidar a Di-s. Pero cuando llega Sucot y abandonan el confort de sus hogares para morar bajo el resguardo de la Sucá, es entonces que se sienten seguros. Sus corazones se llenan de aliento y regocijo, pues no se encuentran amparados por la protección de sus propios techos, sino por la fe y la confianza en Di-s. Para aquel que se cobija a la sombra de las alas de la Shejiná (Presencia Divina) nada inspira temor y por lo tanto siempre está alegre.

Esto puede compararse a una persona que se encierra en su casa por miedo a los ladrones. A pesar de la seguridad que le brindan las cerraduras de sus puertas, sigue temiendo que éstas puedan ser forzadas y los asaltantes ingresen poniendo su vida en peligro. Pero al escuchar la voz del rey que se acerca junto con su séquito, gritándole: «Sal de tu casa y ven a mí», destraba de inmediato las puertas y sale alegre para acompañarlo. Los ladrones no se atreverán a aparecer minetras el rey esté presente. La persona sigue al rey donde sea que éste la lleve, y su confianza y regocijo jamás la abandonan, ni por un instante.

La persona en esta parábola es el pueblo de Israel; la casa, sus actividades a lo largo del año; los ladrones, la «inclinación al mal» (el iétzer hará) y los medios que utiliza para destruir a la persona. El rey es el Supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea; su séquito son los «siete pastores fieles»: Avraham, Itzjak, Iaacov, Moshé, Aharón, Iosef y David. La voz del rey es la Festividad de Sucot que llama al pueblo de Israel y le dice: Moraréis en sucot durante siete días… (Levítico 23:42). Y, en efecto, Israel sale colmado de júbilo y entra en la Sucá, como declara el versículo: …y os regocijaréis ante Di s, vuestro Señor, durante siete días (Levítico 23:40).

Ven y observa: Con respecto a los días que los Hijos de Israel residen en sus casas durante el año, el versículo expresa: Bienaventurado el hombre que siempre teme (Proverbios 28:14). Sin embargo, en cuanto a los siete días de Sucot, el versículo declara: …y estarás plenamente alegre (Deuteronomio 16:15).

¿A qué se debe ello? Durante la Festividad de Sucot, cuando los judíos abandonan sus hogares para morar en un refugio pasajero a fin de conmemorar el Éxodo de Egipto, todos pueden observar cómo no buscan protección bajo sus propios techos, ni bajo el sol, la tierra o los ángeles, sino solamente bajo el amparo de Quien habló e hizo que el mundo existiera.

Por este motivo, la Sucá es denominada por nuestros Sabios: «refugio de fe». Pues constituye el refugio de protección que brota de la fe y la confianza en Elohim, y todo judío puede ser merecedor de este amparo morando en la Sucá.