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Síntesis del Episodio
Capítulo 17: Los ALconstantini - Parte II De las Conquistas Reales al legado Eterno
Soy Rabí Yehudá ben Shlomó Albilbilí, vuestro narrador, y desde mi scriptorium en las casas-cueva de la Paprota continúo relatándoos la historia extraordinaria de los Alconstantini. En esta segunda parte descubriremos cómo los hermanos Bahye y Salomón participaron en las conquistas más gloriosas de Aragón, cómo sus manuscritos llegaron hasta París, y cómo su legado pervive hasta nuestros días.
Los hermanos Bahye y Salomón Alconstantini, hijos de Moses de Calatayud, se convirtieron en las figuras más prominentes de su familia al pasar a vivir a la corte real de Zaragoza como alfaquines del rey Jaime I. Eran médicos y al mismo tiempo especialistas en el idioma árabe, jefes de la cancillería real para asuntos árabes, intérpretes y diplomáticos de primer orden.
En 1229, cuando Jaime I lanzó su flota y su ejército para conquistar Mallorca, envió como intérpretes reales a Bahye y Salomón Alconstantini. Bahye participó directamente en las negociaciones y junto con su hermano escribieron el tratado de capitulación de la isla.
Bahye Alconstantini recordaba aquellos días: "Cuando el rey nos eligió para
acompañarle en la conquista de Mallorca, sentimos el peso de la responsabilidad. No éramos solo intérpretes, sino embajadores de dos mundos: el cristiano y el musulmán.
Nuestras palabras podían decidir entre la guerra y la paz."
El nombre de Bahye Alconstantini aparece en el Llibre dels Feits, que narra en forma autobiográfica la vida y gestas del rey Jaime I. En la parte dedicada a la conquista de Mallorca, después de una victoria cristiana, está escrito: "Los sarracenos comprendieron que no podrían defenderse y nos enviaron un mensaje diciendo que querían parlamentar con mensajeros nuestros de máxima confianza. Enviamos a don Nuño con diez de sus caballeros y como intérprete a un judío de Zaragoza que hablaba la lengua de los árabes y que se llamaba don Bahiel."
Sin embargo, el árabe que se hablaba en Mallorca era algo diferente del árabe al que Bahye estaba acostumbrado. Bernardino Gómez Miedes escribía en su historia del rey Jaime que Bahye "no entendía bien la lengua arábiga de Mallorca," lo que añadía dificultades adicionales a las negociaciones.
Bahye Alconstantini reflexionaba sobre esta experiencia: "Descubrí que el árabe de Mallorca tenía matices que no conocía. Pero la diplomacia no se basa solo en las palabras exactas, sino en la comprensión mutua, en la búsqueda de puentes entre los corazones de los hombres, más allá de las diferencias de lengua." Bahye participaría también en las negociaciones del asedio de Xàtiva en 1244 y en las capitulaciones de Murcia y Elche entre 1263 y 1266, mientras que su hermano Salomón desempeñaba la misma tarea en la capitulación de Menorca en 1232. Salomón Alconstantini narraba su experiencia en Menorca: "Cuando llegué a Menorca para negociar la capitulación, me encontré ante hombres orgullosos que preferían la
muerte a la deshonra. Mi tarea no era solo traducir palabras, sino encontrar fórmulas que permitieran a ambas partes conservar su dignidad."
La conquista de Valencia comenzó en 1232 y terminó en 1238, cuando las tropas catalanas y aragonesas entraron en la ciudad. Los musulmanes decidieron quedarse en la zona, por lo que había necesidad de incrementar la población no musulmana. Jaime I ofreció a judíos y cristianos que aceptaran establecerse allí una exención de impuestos por tres años.
Entre los judíos que recibieron tierras estaban los dos alfaquines Bahye y Salomón, así como Moisés, hijo de Bahye. Entre ellos, fue especialmente Bahye quien recibió muchísima tierra, no solo en la región de Valencia sino también en Murviedro, Alcira y otros lugares. Bahye fue nombrado baile de Valencia, cargo que asumiría sucesivamente también su hijo Moisés. Moisés Alconstantini, hijo de Bahye, explicaba su papel como baile: "Administrar
Valencia después de la conquista es una tarea compleja. Debo asegurar que las rentas lleguen al rey, que los nuevos pobladores se establezcan adecuadamente, que se mantenga la paz entre cristianos, musulmanes y judíos. Es un trabajo que requiere tanto sabiduría como firmeza."
Los Alconstantini no solo participaron en las conquistas militares, sino que fueron fundamentales en la organización administrativa de los nuevos territorios. Su conocimiento del árabe, su experiencia diplomática y su capacidad administrativa los convertían en piezas clave del sistema de gobierno aragonés.
Bahye Alconstantini reflexionaba sobre su papel: "Hemos participado en la expansión de Aragón no solo como soldados de la palabra, sino como arquitectos de la convivencia. En las tierras conquistadas, cristianos, musulmanes y judíos deben aprender a vivir
juntos bajo las leyes del rey." Pero la contribución más duradera de los Alconstantini a la cultura universal se encuentra en los manuscritos que copiaron y conservaron. En la Biblioteca Nacional de Francia, en París, se conservan dos manuscritos extraordinarios copiados en Calatayud en el siglo XV.
El primero es una traducción de la obra del historiador de la antigüedad Ptolomeo titulada Almagesto, escrita en bella letra árabe con tinta de distintos colores como azul y rojo, enriquecida con gráficos y tablas. El Almagesto contiene el catálogo estelar más completo de la antigüedad, utilizado ampliamente por árabes y europeos.
Todros Ben Al-Qonstantini, el copista, escribía al final del manuscrito: "Este libro se terminó el lunes 4 de sivan del año 5235 (1475 d.C.), aquí en Calatayud; que Dios guarde la villa. He copiado esta obra para que la sabiduría de los antiguos no se pierda y pueda iluminar a las generaciones futuras."
Esta copia está fechada en dos partes: una primera parte en 1380 y otra en 1475, con casi cien años de diferencia. Tiene 163 folios y una nota del copista que señala las diferentes fechas de copia. Curiosamente, tiene una hoja introductoria escrita en letras hebreas de tipo sefardí.
Narrado por Rabí Yehudá ben Shlomó Albilbilí
Dirección y Producción: Javier Bona
Soy Rabí Yehudá ben Shlomó Albilbilí, vuestro narrador, y desde mi scriptorium en las casas-cueva de la Paprota continúo relatándoos la historia extraordinaria de los Alconstantini. En esta segunda parte descubriremos cómo los hermanos Bahye y Salomón participaron en las conquistas más gloriosas de Aragón, cómo sus manuscritos llegaron hasta París, y cómo su legado pervive hasta nuestros días.
Los hermanos Bahye y Salomón Alconstantini, hijos de Moses de Calatayud, se convirtieron en las figuras más prominentes de su familia al pasar a vivir a la corte real de Zaragoza como alfaquines del rey Jaime I. Eran médicos y al mismo tiempo especialistas en el idioma árabe, jefes de la cancillería real para asuntos árabes, intérpretes y diplomáticos de primer orden.
En 1229, cuando Jaime I lanzó su flota y su ejército para conquistar Mallorca, envió como intérpretes reales a Bahye y Salomón Alconstantini. Bahye participó directamente en las negociaciones y junto con su hermano escribieron el tratado de capitulación de la isla.
Bahye Alconstantini recordaba aquellos días: "Cuando el rey nos eligió para
acompañarle en la conquista de Mallorca, sentimos el peso de la responsabilidad. No éramos solo intérpretes, sino embajadores de dos mundos: el cristiano y el musulmán.
Nuestras palabras podían decidir entre la guerra y la paz."
El nombre de Bahye Alconstantini aparece en el Llibre dels Feits, que narra en forma autobiográfica la vida y gestas del rey Jaime I. En la parte dedicada a la conquista de Mallorca, después de una victoria cristiana, está escrito: "Los sarracenos comprendieron que no podrían defenderse y nos enviaron un mensaje diciendo que querían parlamentar con mensajeros nuestros de máxima confianza. Enviamos a don Nuño con diez de sus caballeros y como intérprete a un judío de Zaragoza que hablaba la lengua de los árabes y que se llamaba don Bahiel."
Sin embargo, el árabe que se hablaba en Mallorca era algo diferente del árabe al que Bahye estaba acostumbrado. Bernardino Gómez Miedes escribía en su historia del rey Jaime que Bahye "no entendía bien la lengua arábiga de Mallorca," lo que añadía dificultades adicionales a las negociaciones.
Bahye Alconstantini reflexionaba sobre esta experiencia: "Descubrí que el árabe de Mallorca tenía matices que no conocía. Pero la diplomacia no se basa solo en las palabras exactas, sino en la comprensión mutua, en la búsqueda de puentes entre los corazones de los hombres, más allá de las diferencias de lengua." Bahye participaría también en las negociaciones del asedio de Xàtiva en 1244 y en las capitulaciones de Murcia y Elche entre 1263 y 1266, mientras que su hermano Salomón desempeñaba la misma tarea en la capitulación de Menorca en 1232. Salomón Alconstantini narraba su experiencia en Menorca: "Cuando llegué a Menorca para negociar la capitulación, me encontré ante hombres orgullosos que preferían la
muerte a la deshonra. Mi tarea no era solo traducir palabras, sino encontrar fórmulas que permitieran a ambas partes conservar su dignidad."
La conquista de Valencia comenzó en 1232 y terminó en 1238, cuando las tropas catalanas y aragonesas entraron en la ciudad. Los musulmanes decidieron quedarse en la zona, por lo que había necesidad de incrementar la población no musulmana. Jaime I ofreció a judíos y cristianos que aceptaran establecerse allí una exención de impuestos por tres años.
Entre los judíos que recibieron tierras estaban los dos alfaquines Bahye y Salomón, así como Moisés, hijo de Bahye. Entre ellos, fue especialmente Bahye quien recibió muchísima tierra, no solo en la región de Valencia sino también en Murviedro, Alcira y otros lugares. Bahye fue nombrado baile de Valencia, cargo que asumiría sucesivamente también su hijo Moisés. Moisés Alconstantini, hijo de Bahye, explicaba su papel como baile: "Administrar
Valencia después de la conquista es una tarea compleja. Debo asegurar que las rentas lleguen al rey, que los nuevos pobladores se establezcan adecuadamente, que se mantenga la paz entre cristianos, musulmanes y judíos. Es un trabajo que requiere tanto sabiduría como firmeza."
Los Alconstantini no solo participaron en las conquistas militares, sino que fueron fundamentales en la organización administrativa de los nuevos territorios. Su conocimiento del árabe, su experiencia diplomática y su capacidad administrativa los convertían en piezas clave del sistema de gobierno aragonés.
Bahye Alconstantini reflexionaba sobre su papel: "Hemos participado en la expansión de Aragón no solo como soldados de la palabra, sino como arquitectos de la convivencia. En las tierras conquistadas, cristianos, musulmanes y judíos deben aprender a vivir
juntos bajo las leyes del rey." Pero la contribución más duradera de los Alconstantini a la cultura universal se encuentra en los manuscritos que copiaron y conservaron. En la Biblioteca Nacional de Francia, en París, se conservan dos manuscritos extraordinarios copiados en Calatayud en el siglo XV.
El primero es una traducción de la obra del historiador de la antigüedad Ptolomeo titulada Almagesto, escrita en bella letra árabe con tinta de distintos colores como azul y rojo, enriquecida con gráficos y tablas. El Almagesto contiene el catálogo estelar más completo de la antigüedad, utilizado ampliamente por árabes y europeos.
Todros Ben Al-Qonstantini, el copista, escribía al final del manuscrito: "Este libro se terminó el lunes 4 de sivan del año 5235 (1475 d.C.), aquí en Calatayud; que Dios guarde la villa. He copiado esta obra para que la sabiduría de los antiguos no se pierda y pueda iluminar a las generaciones futuras."
Esta copia está fechada en dos partes: una primera parte en 1380 y otra en 1475, con casi cien años de diferencia. Tiene 163 folios y una nota del copista que señala las diferentes fechas de copia. Curiosamente, tiene una hoja introductoria escrita en letras hebreas de tipo sefardí.
Narrado por Rabí Yehudá ben Shlomó Albilbilí
Dirección y Producción: Javier Bona