Un Sanador que no ha sanado, perdona para condenar, pues cree que puede dar lo que no ha recibido.

Para un teólogo la separación De Dios fue un hecho y para un psicólogo cualquier error es real.
La única ventaja de traer las pesadillas a la conciencia es para ver que no son reales. Pero el que le otorga realidad al error se identifica con el ego y perdona para perpetuar los errores y sentirse magnánimo al verlos en el otro y no en sí mismo.

Si en la búsqueda de interpretar la psique se hacen reales las pesadillas y se intenta ahondar en ellas para luego intentar menospreciar su poder, lo que viene a continuación no es sanación sino magia.

El sanador no sanado cree que le corresponde enseñarle al paciente lo que es real a pesar de que el no lo sabe, pues hace la oscuridad real y minimizar su poder no es sanarla.

Ver fuera la culpabilidad como hace el terapeuta o verla dentro, como hace el teólogo, no sana sino que buscan distintos aparentes lugares para ubicarla aunque sean lo mismo.

El obrador de milagros, en cambio, comienza viendo La Luz y ve a través de ella. No cuenta ya con su vista individual para sanar, sino que cuenta con la visión del Espíritu Santo, quien nos dirá exactamente qué decir a Aquel que viene en busca de ayuda, si nos hacemos a un lado y permitimos que Él nos muestre el camino.

Sólo lo bueno puede dar resultado, pues sólo el buen Terapeuta es real!

Siguiendo al Guía adecuado nuestros frutos serán el resultado de haber reconocido de dónde viene la verdadera curación, pues siempre es De Dios.

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