Cuatro centésimas. A esa distancia mínima se quedó ayer el vallista valenciano Quique Llopis de conseguir una medalla de bronce en los Mundiales de atletismo de Tokio. El atleta de Bellreguard hizo una gran carrera ante Tinch, Bennett y Mason y estuvo a punto de colgarse un bronce que se le resiste. Son tres cuartos puestos consecutivos en el Mundial Indoor, Juegos Olímpicos y Mundiales al aire libre. Me gustó la naturalidad y el positivismo de Quique en las declaraciones posteriores a la carrera pese al chasco evidente que supone quedarse fuera del podio. Su reacción tiene el poso optimista y tranquilo de quien sabe que se lo está dejando todo en cada entrenamiento, en cada prueba. Esa medalla acabará llegando. Y, mientras llega, Quique tiene colgada ya la medalla de nuestro reconocimiento al excelente trabajo realizado y a cómo se ha repuesto, por ejemplo, de la grave caída que sufrió en los Europeos de 2023.

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