Escuchar "Tennis for two: El verdadero primer video juego de la historia de 1958"
Síntesis del Episodio
                            Tennis for two: El verdadero primer video juego de la historia de 1958
 El considerado como el primer video juego recreativo de la historia no es el que suele aparecer en los libros de historia.
 No fue ni el Pong ni tampoco el Computer Space.
 Se trató de la idea de un científico estadounidense.
 De un experimento pensado para divulgar la ciencia.
 Y fue el auténtico origen del videojuego moderno.
 El físico William Higinbotham era un miembro del famoso proyecto Manhattan.
 Trabajó en el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra mundial.
 Paradójicamente, tras el conflicto, orientó su carrera hacia la divulgación científica y la no proliferación nuclear.
 Buscó nuevas formas de acercar la investigación al público general.
 Durante las exposiciones que hacían los laboratorios en Nueva York, el físico comprobó que los visitantes pasaban de los paneles informativos.
 No los leían.
 Para captar su atención decidió crear una experiencia interactiva que combinara la física aplicada con la participación del espectador.
 Su idea era simple: Si las personas pudieran jugar, la exposición se animaría.
 Así lo dejó plasmado en una nota de su laboratorio.
 Así que desarrolló un proyecto junto al técnico Bob Dvorak.
 Usaron un ordenador analógico capaz de calcular las trayectorias balísticas.
 Y diseñaron un sistema que proyectaba el movimiento de una pelota en un osciloscopio siguiendo los efectos de la gravedad.
 Los jugadores podían modificar el ángulo y la fuerza de lanzamiento accionando un mando con botones y potenciómetros.
 Le llamaron: Tennis for two.
 Presentaron su experimento durante las jornadas científicas de 1958 y fue una de las atracciones más populares.
 Hubo largas colas para probar el dispositivo.
 Aunque terminaron desmontándolo tras finalizar las exhibiciones.
 Con el paso del tiempo, esta idea fue olvidada.
 Hasta que unos periodistas de investigación se empeñaron en encontrar el verdadero origen de los videojuegos.
 Y reconocieron que tennis for two fue el pionero.
 Sin quererlo ni buscarlo, aquel físico del proyecto Manhattan fue el precursor de la nueva bomba del ocio.
 Una industria que alcanza dimensiones globales y que tiene un valor superior a los 189.000 millones de dólares.
 Durante años, muchos creyeron que Pong, de 1971, fue el nacimiento de este ocio digital.
 Pero no, en 1958 aquel experimento que trataba de convertir la ciencia en un juego terminó asentado sus propias reglas en el mercado del ocio.
                     El considerado como el primer video juego recreativo de la historia no es el que suele aparecer en los libros de historia.
 No fue ni el Pong ni tampoco el Computer Space.
 Se trató de la idea de un científico estadounidense.
 De un experimento pensado para divulgar la ciencia.
 Y fue el auténtico origen del videojuego moderno.
 El físico William Higinbotham era un miembro del famoso proyecto Manhattan.
 Trabajó en el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra mundial.
 Paradójicamente, tras el conflicto, orientó su carrera hacia la divulgación científica y la no proliferación nuclear.
 Buscó nuevas formas de acercar la investigación al público general.
 Durante las exposiciones que hacían los laboratorios en Nueva York, el físico comprobó que los visitantes pasaban de los paneles informativos.
 No los leían.
 Para captar su atención decidió crear una experiencia interactiva que combinara la física aplicada con la participación del espectador.
 Su idea era simple: Si las personas pudieran jugar, la exposición se animaría.
 Así lo dejó plasmado en una nota de su laboratorio.
 Así que desarrolló un proyecto junto al técnico Bob Dvorak.
 Usaron un ordenador analógico capaz de calcular las trayectorias balísticas.
 Y diseñaron un sistema que proyectaba el movimiento de una pelota en un osciloscopio siguiendo los efectos de la gravedad.
 Los jugadores podían modificar el ángulo y la fuerza de lanzamiento accionando un mando con botones y potenciómetros.
 Le llamaron: Tennis for two.
 Presentaron su experimento durante las jornadas científicas de 1958 y fue una de las atracciones más populares.
 Hubo largas colas para probar el dispositivo.
 Aunque terminaron desmontándolo tras finalizar las exhibiciones.
 Con el paso del tiempo, esta idea fue olvidada.
 Hasta que unos periodistas de investigación se empeñaron en encontrar el verdadero origen de los videojuegos.
 Y reconocieron que tennis for two fue el pionero.
 Sin quererlo ni buscarlo, aquel físico del proyecto Manhattan fue el precursor de la nueva bomba del ocio.
 Una industria que alcanza dimensiones globales y que tiene un valor superior a los 189.000 millones de dólares.
 Durante años, muchos creyeron que Pong, de 1971, fue el nacimiento de este ocio digital.
 Pero no, en 1958 aquel experimento que trataba de convertir la ciencia en un juego terminó asentado sus propias reglas en el mercado del ocio.
 ZARZA Somos ZARZA, la firma de prestigio que esta detras de los grandes proyectos en tecnología de la información.
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