Escuchar "Roland el pedorro y el oficio de los flautulistas en la Edad Media"
Síntesis del Episodio
Roland el pedorro y el oficio de los flautulistas en la Edad Media
A lo largo de la historia se han desempeñado todo tipo de trabajos.
Hasta los más inverosímiles, ya lo veréis.
Uno de los más inolvidables fue el de Roland ‘el pedorro’.
Roland le petour, conocido como Roulandus le Fartere.
En la Edad Media existieron los flatulistas o Fartists.
Eran los bufones pedorros de la corte.
A finales del siglo 12 entretuvo a Enrique segundo de Inglaterra y fue su favorito.
Se ganó su confianza y el monarca le regaló una mansión en Suffolk de 12 hectáreas.
Roland no le conquistó por su danza, su canto o por alguna poesía.
Nada de eso.
Su principal habilidad era la de tirarse pedos.
Así lo recoge el Liber Feodorum, un libro que registraba las propiedades feudales de Inglaterra.
La tarea de Roland consistió en: Saltum, Siffletum, Pettum.
Es decir: saltar, silbar y tirarse pedos.
En aquella época, las flatulencias igualaban a todas las clases sociales.
Consideraban que ese gas era producto de la descomposición y que estaba relacionado con la muerte.
Así que era el recuerdo de la mortalidad del ser humano.
Roland no fue el único, la profesión de ‘pedorro’ se extendía en países como Irlanda y muchos otros.
Los Braigetori fueron un grupo de pedorros irlandeses, una especie de artistas de circo en banquetes y celebraciones.
Actuaban junto a bardos y arpistas.
Cuando no actuaban se dedicaban a alimentar al ganado o a contribuir en las labores domésticas.
Además, en algunos festivales o ferias rurales medievales se realizaban concursos de flatulencia.
Valoraban la fuerza o el volumen de los más pedorros.
Sólo los bufones más famosos, como Roland, fueron considerados grandes artistas.
Y recibieron tierras y caballos.
Hoy en día nos pagan por rellenar excels y hacer trabajos con el ordenador.
A lo largo de la historia se han desempeñado todo tipo de trabajos.
Hasta los más inverosímiles, ya lo veréis.
Uno de los más inolvidables fue el de Roland ‘el pedorro’.
Roland le petour, conocido como Roulandus le Fartere.
En la Edad Media existieron los flatulistas o Fartists.
Eran los bufones pedorros de la corte.
A finales del siglo 12 entretuvo a Enrique segundo de Inglaterra y fue su favorito.
Se ganó su confianza y el monarca le regaló una mansión en Suffolk de 12 hectáreas.
Roland no le conquistó por su danza, su canto o por alguna poesía.
Nada de eso.
Su principal habilidad era la de tirarse pedos.
Así lo recoge el Liber Feodorum, un libro que registraba las propiedades feudales de Inglaterra.
La tarea de Roland consistió en: Saltum, Siffletum, Pettum.
Es decir: saltar, silbar y tirarse pedos.
En aquella época, las flatulencias igualaban a todas las clases sociales.
Consideraban que ese gas era producto de la descomposición y que estaba relacionado con la muerte.
Así que era el recuerdo de la mortalidad del ser humano.
Roland no fue el único, la profesión de ‘pedorro’ se extendía en países como Irlanda y muchos otros.
Los Braigetori fueron un grupo de pedorros irlandeses, una especie de artistas de circo en banquetes y celebraciones.
Actuaban junto a bardos y arpistas.
Cuando no actuaban se dedicaban a alimentar al ganado o a contribuir en las labores domésticas.
Además, en algunos festivales o ferias rurales medievales se realizaban concursos de flatulencia.
Valoraban la fuerza o el volumen de los más pedorros.
Sólo los bufones más famosos, como Roland, fueron considerados grandes artistas.
Y recibieron tierras y caballos.
Hoy en día nos pagan por rellenar excels y hacer trabajos con el ordenador.
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