Escuchar "Creen que la tumba de Cleopatra podría estar bajo el mar."
Síntesis del Episodio
Creen que la tumba de Cleopatra podría estar bajo el mar.
Durante décadas, su tumba ha sido de las más buscadas a lo largo de la historia.
Han intentado hallarla entre ruinas, túneles, en templos, en tierra firme y ahora…
Bajo el mar.
La tumba de Cleopatra podría estar en un antiguo puerto sumergido que estaba conectado con el templo de Taposiris Magna.
Así lo ha anunciado oficialmente el Ministerio de Turismo y antigüedades de Egipto.
Kathleen Martínez colabora con el célebre oceanógrafo Robert Ballard, el descubridor del Titanic.
Junto a un equipo multidisciplinar de investigadores egipcios, dominicanos y estadounidenses.
En el comunicado de prensa confirman que las estructuras submarinas están alineadas con un túnel subterráneo de más de 1.300 metros.
Durante mucho tiempo, Taposiris Magna, ha sido una pieza olvidada del rompecabezas arqueológico egipcio.
Se sitúa a unos 45 km al oeste de Alejandría.
Este templo está dedicado a Isis y a Osiris.
Martínez ha dirigido sus excavaciones allí durante los últimos 20 años.
Ella plantea que Cleopatra Séptima, la última reina de Egipto, no fue enterrada en Alejandría.
Sino en este santuario más discreto y alejado del control romano.
Las excavaciones anteriores sacaron a la luz unos importantes vestigios del periodo ptolemaico.
Como monedas con el rostro de la reina, estatuillas de bronce, vasijas de cerámica, fragmentos arquitectónicos o elementos funerarios.
Ahora, con el descubrimiento del puerto submarino, se abren nuevas posibilidades.
Ya no se habla de que sólo fuese un templo.
Sino que pudo ser un complejo portuario completo.
Y pudo servir como una vía de entrada secreta para un cortejo fúnebre real.
Los expertos han realizado un sofisticado mapeo submarino.
Además, las inmersiones practicadas por buzos egipcios y expertos internacionales, han localizado cosas interesantes bajo estas aguas.
Edificaciones de gran tamaño, dispuestas en filas y con bloques cementados, suelos pulidos y columnas.
Anclas de piedra y metal.
Y un conjunto significativo de ánforas y vasijas del siglo primero antes de cristo.
De la época de cuando Cleopatra gobernó Egipto.
Este enclave fue utilizado, estratégicamente, por la élite egipcia, durante los últimos años de la dinastía ptolemaica.
La costa actual se encuentra hoy a unos 4 km de distancia del lugar original.
Para que nos hagamos una idea de la gran transformación geológica de la región durante los últimos 2.000 años.
Una serie de terremotos y tsunamis, entre los siglos 4 y 14, hundieron progresivamente esa zona.
Uno de los puntos más enigmáticos del hallazgo es el identificado como ‘Salam 5.
Los buzos encontraron allí unas estructuras rectangulares de gran tamaño.
Bases de basalto y unos pilares que recuerdan a los pedestales del propio templo.
Estos elementos pudieron haber pertenecido a edificios auxiliares del puerto.
Incluso a instalaciones rituales vinculadas al culto a Isis.
La diosa con la que Cleopatra se identificó.
La conexión directa de estos hallazgos con el templo se da a través de un túnel sumergido.
Martínez opina que este lugar fue el elegido para ocultar el cuerpo de la reina y el de su amante Marco Antonio.
Tras su derrota ante Octavio, el que sería el futuro emperador Augusto, en la batalla de Accio, en el año 31 antes de cristo.
Según Martínez, se alejaron del foco de Alejandría porque pronto caería en manos de los romanos.
Y buscaron refugio en este lugar, vinculado simbólicamente a Isis.
La diosa de la resurrección y la vida eterna.
Así Cleopatra se habría procurado un santuario que sellara su inmortalidad política y religiosa.
De momento, muchas de estas estructuras costeras aún yacen bajo las aguas, esperando a ser redescubiertas.
Por suerte, cada vez hay más organismos implicados en su recuperación.
Desde la Ocean Exploration Trust hasta universidades, como la de New Hampshire.
Contando con el apoyo de la armada Egipcia.
Las nuevas perforaciones en la zona de Salam 5 servirán para localizar nuevas cámaras.
Kathleen Martínez comenzó esta aventura en el 2005.
Desafiando las convenciones académicas y guiándose por su propia intuición personal, casi detectivesca.
No sabemos si algún día podremos dar con la tumba de Cleopatra.
Pero mientras andamos tras su pista seguimos encontrando otras estructuras olvidadas.
Las ruinas de lo que fueron un símbolo de poder de esta reina inmortal.
Durante décadas, su tumba ha sido de las más buscadas a lo largo de la historia.
Han intentado hallarla entre ruinas, túneles, en templos, en tierra firme y ahora…
Bajo el mar.
La tumba de Cleopatra podría estar en un antiguo puerto sumergido que estaba conectado con el templo de Taposiris Magna.
Así lo ha anunciado oficialmente el Ministerio de Turismo y antigüedades de Egipto.
Kathleen Martínez colabora con el célebre oceanógrafo Robert Ballard, el descubridor del Titanic.
Junto a un equipo multidisciplinar de investigadores egipcios, dominicanos y estadounidenses.
En el comunicado de prensa confirman que las estructuras submarinas están alineadas con un túnel subterráneo de más de 1.300 metros.
Durante mucho tiempo, Taposiris Magna, ha sido una pieza olvidada del rompecabezas arqueológico egipcio.
Se sitúa a unos 45 km al oeste de Alejandría.
Este templo está dedicado a Isis y a Osiris.
Martínez ha dirigido sus excavaciones allí durante los últimos 20 años.
Ella plantea que Cleopatra Séptima, la última reina de Egipto, no fue enterrada en Alejandría.
Sino en este santuario más discreto y alejado del control romano.
Las excavaciones anteriores sacaron a la luz unos importantes vestigios del periodo ptolemaico.
Como monedas con el rostro de la reina, estatuillas de bronce, vasijas de cerámica, fragmentos arquitectónicos o elementos funerarios.
Ahora, con el descubrimiento del puerto submarino, se abren nuevas posibilidades.
Ya no se habla de que sólo fuese un templo.
Sino que pudo ser un complejo portuario completo.
Y pudo servir como una vía de entrada secreta para un cortejo fúnebre real.
Los expertos han realizado un sofisticado mapeo submarino.
Además, las inmersiones practicadas por buzos egipcios y expertos internacionales, han localizado cosas interesantes bajo estas aguas.
Edificaciones de gran tamaño, dispuestas en filas y con bloques cementados, suelos pulidos y columnas.
Anclas de piedra y metal.
Y un conjunto significativo de ánforas y vasijas del siglo primero antes de cristo.
De la época de cuando Cleopatra gobernó Egipto.
Este enclave fue utilizado, estratégicamente, por la élite egipcia, durante los últimos años de la dinastía ptolemaica.
La costa actual se encuentra hoy a unos 4 km de distancia del lugar original.
Para que nos hagamos una idea de la gran transformación geológica de la región durante los últimos 2.000 años.
Una serie de terremotos y tsunamis, entre los siglos 4 y 14, hundieron progresivamente esa zona.
Uno de los puntos más enigmáticos del hallazgo es el identificado como ‘Salam 5.
Los buzos encontraron allí unas estructuras rectangulares de gran tamaño.
Bases de basalto y unos pilares que recuerdan a los pedestales del propio templo.
Estos elementos pudieron haber pertenecido a edificios auxiliares del puerto.
Incluso a instalaciones rituales vinculadas al culto a Isis.
La diosa con la que Cleopatra se identificó.
La conexión directa de estos hallazgos con el templo se da a través de un túnel sumergido.
Martínez opina que este lugar fue el elegido para ocultar el cuerpo de la reina y el de su amante Marco Antonio.
Tras su derrota ante Octavio, el que sería el futuro emperador Augusto, en la batalla de Accio, en el año 31 antes de cristo.
Según Martínez, se alejaron del foco de Alejandría porque pronto caería en manos de los romanos.
Y buscaron refugio en este lugar, vinculado simbólicamente a Isis.
La diosa de la resurrección y la vida eterna.
Así Cleopatra se habría procurado un santuario que sellara su inmortalidad política y religiosa.
De momento, muchas de estas estructuras costeras aún yacen bajo las aguas, esperando a ser redescubiertas.
Por suerte, cada vez hay más organismos implicados en su recuperación.
Desde la Ocean Exploration Trust hasta universidades, como la de New Hampshire.
Contando con el apoyo de la armada Egipcia.
Las nuevas perforaciones en la zona de Salam 5 servirán para localizar nuevas cámaras.
Kathleen Martínez comenzó esta aventura en el 2005.
Desafiando las convenciones académicas y guiándose por su propia intuición personal, casi detectivesca.
No sabemos si algún día podremos dar con la tumba de Cleopatra.
Pero mientras andamos tras su pista seguimos encontrando otras estructuras olvidadas.
Las ruinas de lo que fueron un símbolo de poder de esta reina inmortal.
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