Escuchar "Mejorando Continuamente - Primera habilidad."
Síntesis del Episodio
PRIMERA HABILIDAD:
SER UN BUEN OBSERVADOR
Ver y observar son dos acciones diferentes que conducen a resultados distintos, aunque ambas se realizan con los ojos. La mayoría de las veces vemos las cosas, no como ellas son, sino como nosotros somos. Vemos los objetos, pero no los observamos; de ahí que es difícil que recordemos sus características, dado que, cuando alguien nos pregunta por los detalles, recordamos muy poco o quizá los hayamos olvidado. Son escasas las personas que han ejercitado esta importante habilidad y por ello es necesario detallar algunos aspectos importantes para desarrollar el hábito de ser un buen observador.
Una cosa es ver y otra es observar. Observar es una acción totalmente consciente por medio de la cual el ojo humano envía un mensaje al cerebro y este, a su vez, lo procesa determinando las características, el uso, la funcionalidad, la finalidad y hasta la transformación de los objetos. Si lográramos concentrarnos en los objetos, podríamos afirmar que más de un cincuenta por ciento de lo anterior podría grabarse para ser repetido posteriormente. No ocurre así en la práctica, porque la mayoría de las personas no alcanza a percibir ni a memorizar más del diez o el veinte por ciento de las características de los objetos.
Existen muchas y variadas técnicas para mejorar la capacidad de observación, y por ello es necesario conocerlas y aplicarlas, con lo cual se desarrolla este sentido en su máxima expresión. Ejemplos de estas técnicas son: armar rompecabezas, descubrir en dos fotografías diferencias y similitudes, comparar objetos que son diferentes y encontrarles semejanzas, hacer crucigramas, colocar diferentes objetos en una mesa y luego hacer un listado de lo que observó en sus formas, tamaños y colores, y recordar las escenas de una película, etc.
SER UN BUEN OBSERVADOR
Ver y observar son dos acciones diferentes que conducen a resultados distintos, aunque ambas se realizan con los ojos. La mayoría de las veces vemos las cosas, no como ellas son, sino como nosotros somos. Vemos los objetos, pero no los observamos; de ahí que es difícil que recordemos sus características, dado que, cuando alguien nos pregunta por los detalles, recordamos muy poco o quizá los hayamos olvidado. Son escasas las personas que han ejercitado esta importante habilidad y por ello es necesario detallar algunos aspectos importantes para desarrollar el hábito de ser un buen observador.
Una cosa es ver y otra es observar. Observar es una acción totalmente consciente por medio de la cual el ojo humano envía un mensaje al cerebro y este, a su vez, lo procesa determinando las características, el uso, la funcionalidad, la finalidad y hasta la transformación de los objetos. Si lográramos concentrarnos en los objetos, podríamos afirmar que más de un cincuenta por ciento de lo anterior podría grabarse para ser repetido posteriormente. No ocurre así en la práctica, porque la mayoría de las personas no alcanza a percibir ni a memorizar más del diez o el veinte por ciento de las características de los objetos.
Existen muchas y variadas técnicas para mejorar la capacidad de observación, y por ello es necesario conocerlas y aplicarlas, con lo cual se desarrolla este sentido en su máxima expresión. Ejemplos de estas técnicas son: armar rompecabezas, descubrir en dos fotografías diferencias y similitudes, comparar objetos que son diferentes y encontrarles semejanzas, hacer crucigramas, colocar diferentes objetos en una mesa y luego hacer un listado de lo que observó en sus formas, tamaños y colores, y recordar las escenas de una película, etc.
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