Escuchar "Miercoles de la Semana Doce del Tiempo Ordinario, Año Par, Lecturas Biblicas."
Síntesis del Episodio
• 2R 22, 8-13; 23, 1-3. El rey leyó al pueblo el libro de la alianza encontrado en el templo y selló ante el Señor la alianza.
• Sal 118. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
• Mt 7, 15-20. Por sus frutos los conoceréis.
En el evangelio, Jesús previene a sus seguidores del peligro de los falsos profetas, los que se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Les da una consigna: por sus frutos los conoceréis. La comparación es muy expresiva: un árbol puede ser muy bonito en su forma y en sus hojas y flores, pero si no da buenos frutos, no vale. Ya se puede cortar y que sirva para leña. Tanto el aviso como la consigna son de plena actualidad. Porque siempre ha habido, junto a persecuciones del exterior, el peligro interior de los falsos profetas, que propagan, con su ejemplo o con su palabra, caminos que no son los que Jesús nos ha enseñado.
El criterio que él da lo debe aplicar la comunidad cristiana siempre que surgen nuevos movimientos o personas que llaman la atención, y de los que cabe la duda de si están movidos por el Espíritu de Dios o por otros móviles más interesados. Pero es también un modo de juzgarnos a nosotros mismos: ¿qué frutos producimos?, ¿Decimos sólo palabras bonitas o también ofrecemos hechos?, ¿somos sólo charlatanes brillantes?, Se nos puede juzgar igual que a un árbol, no por lo que aparenta, sino por lo que produce. De un corazón agriado sólo pueden brotar frutos agrios. De un corazón generoso y sereno, obras buenas y consoladoras.
• Sal 118. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
• Mt 7, 15-20. Por sus frutos los conoceréis.
En el evangelio, Jesús previene a sus seguidores del peligro de los falsos profetas, los que se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Les da una consigna: por sus frutos los conoceréis. La comparación es muy expresiva: un árbol puede ser muy bonito en su forma y en sus hojas y flores, pero si no da buenos frutos, no vale. Ya se puede cortar y que sirva para leña. Tanto el aviso como la consigna son de plena actualidad. Porque siempre ha habido, junto a persecuciones del exterior, el peligro interior de los falsos profetas, que propagan, con su ejemplo o con su palabra, caminos que no son los que Jesús nos ha enseñado.
El criterio que él da lo debe aplicar la comunidad cristiana siempre que surgen nuevos movimientos o personas que llaman la atención, y de los que cabe la duda de si están movidos por el Espíritu de Dios o por otros móviles más interesados. Pero es también un modo de juzgarnos a nosotros mismos: ¿qué frutos producimos?, ¿Decimos sólo palabras bonitas o también ofrecemos hechos?, ¿somos sólo charlatanes brillantes?, Se nos puede juzgar igual que a un árbol, no por lo que aparenta, sino por lo que produce. De un corazón agriado sólo pueden brotar frutos agrios. De un corazón generoso y sereno, obras buenas y consoladoras.