Escuchar "Jueves de la Semana Doce del Tiempo Ordinario, Año Par. Lecturas Biblicas"
Síntesis del Episodio
• 2R 24, 8-17. Nabucodonosor deportó a Jeconías y a todos los ricos de Babilonia.
• Sal 78. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
• Mt 7, 21-29. La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.
Nosotros escuchamos muchas veces las palabras de Jesús. Pero no basta. Si además intentamos ponerlas por obra en nuestra vida, entonces sí construimos sólidamente el edificio de nuestra persona o de la comunidad. Si nos contentamos sólo con escucharlas y, luego, a lo largo del día, no nos acordamos más de ellas y seguimos otros criterios, estamos edificando sobre arena. Jesús nos avisa que, si no se dan estos frutos prácticos, no nos valdrá recurrir a que hemos dicho cosas bonitas, o rezado, o profetizado en su nombre, o incluso expulsado demonios. Nosotros mismos, construyendo el futuro en falso, nos estamos abriendo nuestra propia tumba. A la corta o a la larga, vamos a la ruina. Uno, en la juventud, es libre de edificar su vida como quiera: pero si descuida su salud, o los valores humanos, o la preparación cultural y profesional, o se deja llevar de costumbres y vicios que, al principio, no parecen peligrosos, él mismo está condicionando su futuro. ¿Sobre qué estoy edificando yo mi vida: sobre roca, sobre arena?, ¿sobre qué construyo mis amistades, o mi vida de familia, o mi apostolado: sobre engaños y falsedades?, ¿y me extrañaré de que los derrumbamientos que veo en otras personas o en otras instituciones me puedan pasar también a mí?,
• Sal 78. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
• Mt 7, 21-29. La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.
Nosotros escuchamos muchas veces las palabras de Jesús. Pero no basta. Si además intentamos ponerlas por obra en nuestra vida, entonces sí construimos sólidamente el edificio de nuestra persona o de la comunidad. Si nos contentamos sólo con escucharlas y, luego, a lo largo del día, no nos acordamos más de ellas y seguimos otros criterios, estamos edificando sobre arena. Jesús nos avisa que, si no se dan estos frutos prácticos, no nos valdrá recurrir a que hemos dicho cosas bonitas, o rezado, o profetizado en su nombre, o incluso expulsado demonios. Nosotros mismos, construyendo el futuro en falso, nos estamos abriendo nuestra propia tumba. A la corta o a la larga, vamos a la ruina. Uno, en la juventud, es libre de edificar su vida como quiera: pero si descuida su salud, o los valores humanos, o la preparación cultural y profesional, o se deja llevar de costumbres y vicios que, al principio, no parecen peligrosos, él mismo está condicionando su futuro. ¿Sobre qué estoy edificando yo mi vida: sobre roca, sobre arena?, ¿sobre qué construyo mis amistades, o mi vida de familia, o mi apostolado: sobre engaños y falsedades?, ¿y me extrañaré de que los derrumbamientos que veo en otras personas o en otras instituciones me puedan pasar también a mí?,