Escuchar "Martes de la Octava de Pascua. Lecturas Biblicas"
Síntesis del Episodio
• Hch 2, 36-41. Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo.
• Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.
• Secuencia (ad libitum): Ofrezcan los cristianos…
• Jn 20, 11-18. He visto al Señor.
María fue a los Apóstoles a cumplir el encargo que le dio Jesús, y les dijo: ¡He visto al Señor!, En sus palabras se transparenta una inmensa alegría. ¡Qué distinta su vida ahora que sabe que Cristo ha resucitado, de cuando sólo buscaba honrar el Cuerpo muerto de Jesús!,
¡Qué distinta también nuestra existencia cuando procuramos comportarnos según esta consoladora realidad: Jesucristo sigue entre nosotros!, El mismo a quien aquella mañana María de Magdala confundió con el hortelano del lugar. "Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos.
"Su Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos. ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su vientre, no compadecerse del hijo de sus entrañas?, Pues aunque ella se olvidare, yo no me olvidaré de ti, había prometido. Y ha cumplido su promesa. Dios sigue teniendo sus delicias entre los hijos de los hombres...
• Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.
• Secuencia (ad libitum): Ofrezcan los cristianos…
• Jn 20, 11-18. He visto al Señor.
María fue a los Apóstoles a cumplir el encargo que le dio Jesús, y les dijo: ¡He visto al Señor!, En sus palabras se transparenta una inmensa alegría. ¡Qué distinta su vida ahora que sabe que Cristo ha resucitado, de cuando sólo buscaba honrar el Cuerpo muerto de Jesús!,
¡Qué distinta también nuestra existencia cuando procuramos comportarnos según esta consoladora realidad: Jesucristo sigue entre nosotros!, El mismo a quien aquella mañana María de Magdala confundió con el hortelano del lugar. "Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos.
"Su Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos. ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su vientre, no compadecerse del hijo de sus entrañas?, Pues aunque ella se olvidare, yo no me olvidaré de ti, había prometido. Y ha cumplido su promesa. Dios sigue teniendo sus delicias entre los hijos de los hombres...