Jueves de la Tercera Semana de Pascua, Lecturas Biblicas

14/04/2016 44 min
Jueves de la Tercera Semana de Pascua, Lecturas Biblicas

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Síntesis del Episodio

• Hch 8, 26-40. Siguió su viaje lleno de alegría.
• Sal 65. Aclamad al Señor, tierra entera.
• Jn 6, 44-51. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.

Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno,
que en estos días de Pascua
nos has revelado más claramente tu amor
y nos has permitido conocerlo con más profundidad,
concede a quienes has librado de las tinieblas del error
adherirse con firmeza a las enseñanzas de tu verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera Lectura
Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (Hch 8, 26-40)
En aquellos días, un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo:
«Levántate y marcha hacia el sur, por el camino de Jerusalén a Gaza, que está desierto».
Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo al profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
«Acércate y pégate a la carroza».
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó:
«¿Entiendes lo que estás leyendo?».
Contestó:
«Y cómo voy a entenderlo si nadie me guía?».
E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este:
«Como cordero fue llevado al matadero,
como oveja muda ante el esquilador,
así no abre su boca.
En su humillación no se le hizo justicia.
¿Quién podrá contar su descendencia?
Pues su vida ha sido arrancada de la tierra».
El eunuco preguntó a Felipe:
«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se puso a hablarle y, tomando píe de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de Jesús. Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?». Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su camino lleno de alegría.
Felipe se encontró en Azoto y fue anunciando la Buena Nueva en todos los poblados hasta que llegó a Cesarea.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 66, 8-9.16-17.20
R/. Aclamad al Señor, tierra entera.
Aleluya.
Iubiláte Deo, omnis terra
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios;
haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Aleluya.
Iubiláte Deo, omnis terra
Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Aleluya.
Iubiláte Deo, omnis terra
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retirá su favor.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Aleluya.
Iubiláte Deo, omnis terra
Aclamación antes del Evangelio
Jn 6, 51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo –dice el Señor–; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Ego sum panis vivus, qui de caelo descéndi, –dicit Dóminus–; si quis manducáverit ex hoc pane, vivet in aetérnum.
Evangelio
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
† Lectura del santo Evangelio según san Juan. (Jn 6, 44-51)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”.
Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo:
el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

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