Avraham Avinu fue el primer ser humano que logró vencer el temor existencial y transformarlo en fé viva en HaShem. Antes de él, la humanidad vivía dominada por miedos: al poder, a la naturaleza, a los ídolos, al destino. Cada emoción de temor era una expresión de desconexión: el hombre veía fuerzas múltiples donde sólo hay una Fuente. Avraham rompió con el masaj, la cortina ilusoria. Cuando oyó el llamado: "Lej lejá vete hacia ti mismo" (Bereshit 12:1), comprendió que la raíz del miedo no estaba afuera, sino dentro del propio corazón. Su camino fue una travesía interior: salir de su tierra, de su entorno y de los límites de su mente para encontrar en cada situación la presencia del Único.

Los niños reflejan nuestras emociones. ¿Cómo podemos estar calmos? Es un proyecto que lleva toda la vida. Debemos interiorizar la poderosa comprensión de que HaShem nos ama y que en definitiva todo lo que ocurre es para nuestro bien. Inclusive la muerte. Una de las razones por las cuales en la Torá escrita no se trata el tema del mundo por venir es que se espera que comprendamos que si HaShem nos ama entonces no necesitamos preguntarle a dónde nos va a llevar. De la misma manera que un niño no le pregunta a su padre adónde lo está llevando sino que lo sigue alegremente, confiado en que su padre lo ama, de la misma manera podemos ir con alegría dondequiera que HaShem nos lleve.

1 Pedro Kefas 5:7 "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros."

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