Madurar implica recoger la vergüenza y aceptar esa realidad que nos grita en la cara que las cosas no son siempre como las imaginamos. Es regular nuestras emociones y separarlas de la responsabilidad. Es un proceso que nos invita a cerrar los ojos, a callar, a silenciar la mente y a analizar lo que sucede, lo que nos dicen, lo que nos enseña la vida misma.Madurar es abrirle camino a la sabiduría y ponerle pausas a los ritmos que la vida nos impone. Es comprender quiénes somos, reconocer nuestras limitaciones, reevaluar y proseguir sin perjudicar a nadie en el camino.Madurar es hacerse responsable de las emociones que cargamos, permitiendo que estas emociones, sin ser reprimidas o negadas, sirvan de canal de aprendizaje en lugar de ser una excusa para el capricho. Es entender que está bien sentir, que no necesitamos aparentar que nada nos afecta y que llorar no nos hace débiles.Por eso, hoy te invito a levantarte con la mejor actitud. Empieza por ser agradecido y busca que haya coherencia entre lo que dices y lo que haces. Siente lo que necesites sentir, pero sé humilde si llega el momento de agachar la cabeza. Valora tus esfuerzos sin dejar de valorar los de los demás, y ve a conquistar el día que tienes por delante.Que hoy sea un buen día para evaluarnos, madurar y crecer en todas las áreas de la vida. ¡Corrige y mejora!

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