Jesús es más que un carpintero

28/10/2025 2 min
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Síntesis del Episodio

28 de octubreJesús es más que un carpinteroPastor Daron Lindemann El año pasado mi mujer y yo hicimos construir una casa nueva por primera vez en nuestra vida juntos. Nuestro constructor ha gestionado algunos problemas de reparación en garantía con mucho gusto y de forma completa. Pero a veces el supervisor del departamento de garantía tiene que pasar al siguiente nivel con algunos contratistas para conseguir que se hagan las cosas. Me alegro de su autoridad y capacidad de respuesta (y de tener una garantía para la casa, aunque caduca pronto).            Pero atención: hay un supervisor del supervisor. Su autoridad y capacidad de respuesta son aún mejores y no caducarán en absoluto. Su nombre es Jesús. Él es más que un carpintero. Él es más que un supervisor que puede llevar las cosas al siguiente nivel. Él es el Hijo del constructor, su mano derecha, y él personalmente tiene autoridad y capacidad de respuesta para todo en mi vida.             Mejor aún, Jesús no me está construyendo un lugar para vivir donde pueda cocinar una comida deliciosa o dormir a pierna suelta en un dormitorio confortable. Jesús me está construyendo a mí. Yo soy «su casa».             El Padre ha dado a Jesús la responsabilidad de cuidar de mí, de bendecirme con su gracia aunque peque y falle, de curarme y sanarme, y de asegurarse de que cumplo las normas de Dios.            «Porque toda casa es hecha por alguien, pero el que hizo todas las cosas es Dios. Cristo, en cambio, como hijo es fiel sobre su casa, que somos nosotros, si mantenemos la confianza firme hasta el fin y nos gloriamos en la esperanza»(Hebreos 3:4,6). Oración Señor, te doy gracias porque en Jesús me otorgas no solo consuelo y la salvación eterna. En Jesús haces de mí tu casa, tu templo, el lugar sagrado donde mora tu presencia. No soy digno de tal privilegio y muchas veces me hago indigno de tu favor. Por tu misericordia no me has descartado. Me limpias y renuevas constantemente. Concédeme que yo viva quieta y reposadamente en toda piedad e integridad mientras aguardo la gloriosa venida y el último día, por Jesucristo, tu Hijo. Amén.