Hoy acabo de estar con dos personas, una que tiene ochenta y tantos años y otros noventa, que siguen activos, que llevan incluso la dirección, la presidencia de una organización fuerte, que estamos preparando un evento para octubre aquí local, en un salón de actos que vamos a tener mil y pico personas, y me decían que se encontraba un poquito cansada, una de ellas, y que tenía que reinventarse. Fíjate qué bonito es que una persona de 90 años te diga que tiene que reinventarse, que tiene que cambiar la forma de ser para ser mejor esa persona que quiere ser. Los que somos algo más jóvenes pensamos que ya con cierta edad que para qué no vamos a reinventar, que vamos a seguir como estábamos.

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