Te has preguntado seriamente y sinceramente, ¿por qué tengo miedo?. ¿A qué o a quién tienes miedo?. ¿Hay verdaderos motivos para tener miedo?. ¿Qué es el miedo?. ¿De dónde viene el miedo?. ¿Existe realmente el miedo como algo real, o solo es engendro de los pensamientos y de las experiencias que nos causan inseguridad como el miedo a lo desconocido por ejemplo, o es fruto de las experiencias dolorosas?. ¿Es el miedo producto de mi vida mundana vacia y superficial?.
La sagrada escritura en Génesis 3,9 cuando el Señor Dios le pregunta a Adán: ¿Dónde estás? El hombre le contesta: Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo, por eso me escondí. El señor –dice el salmista- sabe que los pensamientos del hombre, son insustanciales es decir, son inmaduros, hechos sin razonar, pulsionales , superficiales, y no porque el señor no nos haya dado la capacidad de pensar profundamente y razonadamente, no sino porque no he, no has tenido la oportunidad desde niño, de educar tu ser entero, tu capacidad de sentir, tu capacidad de pensar, tu capacidad de razonar, tu capacidad de silencio, tu capacidad de acoger, tu capacidad de ser, tu capacidad de decidir, es decir que nuestras potencias que son el entendimiento, la inteligencia y la voluntad, nuestra mente y nuestra capacidad afectiva o capacidad de amar, se ha ido haciendo al “como salga”, al “hay se va”, o sencillamente por haber sido heridos en el amor y por no haber experimentado tal vez el amor incondicional, y por no haber aprendido a amar incondicionalmente a los demás, vivo, vives si es que se puede decir que eso que vivo, que vives es verdadera vida, en medio de la inseguridad que provoca el no saberte aceptado, aceptada como eres; y como se vive así, o no se ha puesto a caminar la fe, o se pierde la visión de fe y no nos damos cuenta de la riqueza que llevamos dentro, perdemos el sentido de vivir o nunca lo encontramos.

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