La gente piensa que vivir feliz es no tener contratiempos o no sentir en ciertos momentos angustia o depresión, menos recibir palabras hirientes. Mantenerse feliz no es estar eufórico siempre ni con ganas de hacer las cosas siempre. Será natural, será normal sentirse triste en ocasiones, con sensación de soledad en algún momento de la vida, a veces molesto, molesta, desalentado, desalentada, y otras veces entusiasta, alegre, pero lo importante luego de subir y bajar de esos niveles, es volver a mantenerse estable, en la fe, en la paz de Cristo que habita en nuestro interior; lo importante será volver cada momento a nuestro hogar interior en donde habita Dios y desde donde podré, desde donde podrás hacerle frente a cualquier emoción tratando con la Palabra de Dios, de mantenerte en la cresta de la ola de tal manera que no te subas con peligro de una caída al mar profundo, ni te revuelque la ola.

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