Jesús el Señor, se retiraba a orar cada día con su Padre Dios en intimidad y esa intimidad con Dios le hizo delicadamente sensible, tierno, bondadoso, cariñoso, paciente e infinitamente misericordioso y por esa razón Jesús el Señor hoy mismo te dice a ti que escuchas: Necesitas querer estar a solas conmigo, con el Padre Dios para que el Espíritu Santo vaya haciendo de ti un ser humano sensible, delicado, altamente delicado para desear ardientemente no ofender a nadie ni con la mirada, ni con las actitudes, ni con las palabras ni con las obras, ni con nada.

Necesitas descubrir tú que escuchas, que hay otras personas en el mundo aparte de ti que también están sufriendo, que también han sido muy pero muy heridas, que también se deprimen, que también como tú no pidieron sus genes, ni cierta parte de su temperamento ni muchas de las cosas que forman su historia doliente.

Así que ¡Despierta, tú que escuchas! date cuenta que cada ser humano con el que te topas, también está sufriendo como tú. Siempre hay alguien que está sufriendo más que tú. ¿Sabes? Cuando uno tiene un problema serio en la vida, alguna muerte de alguien amado, alguna traición, algún accidente, algún rechazo o abandono o humillación, creemos que es una excusa buena para ser groseros, pero pensar así es en extremo inmadurez. De hecho, la insensibilidad es parte de la inmadurez. Cuida tus bromas.

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