Las gallinas se contentan de vivir dentro de los límites puestos por otros. Y no estamos hablando tanto de personas. Estamos hablando de que el egoísmo te pone límites, la soberbia y el orgullo mal entendido te ponen límites y bloquean la gracia de Dios.

El miedo te pone límites, la no fe, la desesperanza y el odio te ponen límites y te dejan incomunicado, incomunicada del amor; la mentira te pone límites, la necedad te pone límites, el no orar, el no perseverar en una relación fiel con Dios te pone límites y te bloquea frenando tu libertad interior. El no amarte a ti mismo, a ti misma te pone límites, la negatividad te pone límites. Pero las águilas nunca se satisfacen con una vida limitada.

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