Escuchar "LOS POBRES DE MI TIERRA.- Capítulo-VIII - 'barbaridad en ritmo de vida' - de J. Híades"
Síntesis del Episodio
Claro que, toda esta masa de estudios inútiles que se
vienen llevando a cabo por las principales organizaciones
del mundo, como el del Banco Central y de las mismas
Naciones Unidas, todas, basadas en la comparación y fiel
espejo del desarrollo devastador que los países de la élite
económica mundial vienen llevando a cabo.
Observado desde esa perspectiva, la crisis mundial es
un hecho incuestionable para esos mismos países de élite,
porque su modo de vida se puede ver seriamente recortado;
en especial, cuando se llega a un techo y vemos que el tan
cacareado derecho de igualdad es reclamado por el resto de
países que hasta la presente no han dejado de ser
ordeñados hacia el beneficio, no propio, sino ajeno.
Nos vemos en el dilema que semejante ritmo de vida,
es una barbaridad si se tuviera que aplicar para todos por
igual.......
¿Se imaginan qué sucedería si nos diéramos cuenta
los ciudadanos de los países enriquecidos, de cómo no
tenemos derecho a nada en absoluto de cuanto nos oferta el
mercado, por la sencilla razón de que al ser prolongación
de nuestros antepasados, es decir, somos la prolongación
de nuestros muertos, de continuar así, nos convertimos en
fiel reflejo de sus barbaridades contra otros pueblos,
puesto que ni venimos rectificando y ni mucho menos, nos
aflora la idea de resarcimiento alguno?
vienen llevando a cabo por las principales organizaciones
del mundo, como el del Banco Central y de las mismas
Naciones Unidas, todas, basadas en la comparación y fiel
espejo del desarrollo devastador que los países de la élite
económica mundial vienen llevando a cabo.
Observado desde esa perspectiva, la crisis mundial es
un hecho incuestionable para esos mismos países de élite,
porque su modo de vida se puede ver seriamente recortado;
en especial, cuando se llega a un techo y vemos que el tan
cacareado derecho de igualdad es reclamado por el resto de
países que hasta la presente no han dejado de ser
ordeñados hacia el beneficio, no propio, sino ajeno.
Nos vemos en el dilema que semejante ritmo de vida,
es una barbaridad si se tuviera que aplicar para todos por
igual.......
¿Se imaginan qué sucedería si nos diéramos cuenta
los ciudadanos de los países enriquecidos, de cómo no
tenemos derecho a nada en absoluto de cuanto nos oferta el
mercado, por la sencilla razón de que al ser prolongación
de nuestros antepasados, es decir, somos la prolongación
de nuestros muertos, de continuar así, nos convertimos en
fiel reflejo de sus barbaridades contra otros pueblos,
puesto que ni venimos rectificando y ni mucho menos, nos
aflora la idea de resarcimiento alguno?