Somos peregrinos indefensos en esta tierra porque no es nuestro hogar.
Nuestro mundo es actualmente un entorno oscuro donde las mentiras de Satanás se distribuyen convenientemente en todas nuestras naciones.
El mal reina, y la enfermedad y el estancamiento mental debilitan a la humanidad a cada minuto.
Necesitamos ayuda, protección, sanación e iluminación espiritual para vivir nuestras vidas en este mundo despiadado y para tener una buena oportunidad de regresar sanos y salvos a nuestro hogar celestial.
Afortunadamente, tenemos un Padre Celestial amoroso que puede brindarnos asistencia divina, siempre que creamos en Su existencia, si no, ya estamos condenados y en las garras de Satanás.
Esta asistencia divina proviene de cuatro mensajeros celestiales superiores, que pueden protegernos, elevarnos, sanarnos y guiarnos con sabiduría divina para evitar que caigamos en desgracia nuevamente.
Sus nombres: Arcángel Miguel, Arcángel Rafael, Arcángel Gabriel y Arcángel Uriel.

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