Estimados amigos y hermanos. Hace poco, conversando con vosotros, me habéis pedido un anillo como el mío. Qué más quisiera yo, que todos tuvieran su anillo y que lo honren, pero han de saber que no es tan fácil. Primero, porque no todos tienen la posibilidad y segundo, porque no se trata de una simple joya comercial. Así lo hacen ver la mayoría. Los que gustan de un anillo con la cruz del temple, no siempre son los llamados a ser templarios. Y para ellos, está bien usar anillos, mantos y cruces, solo por el placer que les causa tener alguna prenda de este tipo. El mundo moderno está lleno de falsos y de banalidad. Para nosotros, los verdaderos caballeros del Templo, los guardianes de un legado espiritual más que material, ponerse una cruz va más allá de lo mundano. Es un acto de renuncia al mundo profano y de aceptación a lo que somos llamados. Es aceptar la cruz de Cristo y caminar con el rey supremo. No el circo de payasos que se creen cristianos y templarios. Hay mucha falsedad hoy. Existen diferentes tipos de anillos y los caballeros muchas veces ignoran esto. Lo que más importa es el dinero, las ganancias, porque los vendedores aprovechan cada oportunidad, y saben que muchos compran anillos de compromiso y de caballeros templarios. Los anillos con cruces paté son también una manera de contraer matrimonio y reafirmar el juramento dado. Sin embargo, esto es algo material que se usa con un fin espiritual. Lo sabemos. Por eso, hay quien sostiene que los anillos y las armas tienen que ser bendecidas. Puede parecer absurdo, pero cada quien defiende su creencia. El mío no está bendecido sino por mi propio espíritu y lo respaldan mis acciones. Dios quiso que tuviera mi bandera y el anillo con la misma cruz. Ambos, son el reflejo vivo y latente del temple. Ambos, tienen la misma cruz y el mismo significado. No solo es una confirmación de lo que somos, sino que también resulta una responsabilidad compartida con los caballeros templarios caídos en batallas y su alma templaria. Nuestro deber y sagrada misión es mantener vivo ese legado y dar Fe de la existencia de nuestro Creador y que por Él somos llamados a vivir como caballeros de su Templo. El templo sagrado del espíritu. Amén. Así que, no es el manto, no es la ceremonia de investidura, no es el anillo... Aunque por estas cosas y esto lo sabe Dios, juramos y renovamos nuestro juramento. Por el beauséant. Por la cruz de gules. Por la sangre de Cristo. Somos caballeros templarios. Salud y bendiciones. Amén. Yasser Leodan Rodríguez Acosta Aldabó Azahares y Roldán. Camagüey 8 de junio de 2025.

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