Autor.: Yasser Leodan Temple nuestro que estás en la carne y en mi espíritu. En medio de esta batalla terrenal. Santificado seas por el amor a Dios y en su seno te reciba y te bendiga. Oh, Padre celestial. Librame de todo mal y enfermedad. Dame tu fuerza cada día y permíteme ver tu verdad. A los pobres ayuda y protección. A los débiles y oprimidos fe y esperanza. A los crueles mi látigo y mi espada. No me des riqueza ni pobreza. Proveeme del sustento necesario. Por tu infinita bondad y sabiduría. En el nombre de Jesucristo, Milord, por la eternidad y todos los eones. Amén. Forjo mi templo no en piedra, sino en carne y espíritu. Busco santificar mi vida no con un ritual vacío, sino con amor y servicio que esta sea mi verdadera ofrenda. Concédeme, Oh, Principio superior, la fortaleza para resistir la decadencia y la enfermedad. Ilumina mi camino para discernir tu verdad, en un mundo de pobrezas y de sombras. Que mi templo sea un faro para el que ha perdido la fe. No te pido tesoros que corrompen, ni pobreza que limite mi poder para hacer el bien. Solo dame lo necesario para mantenerme en la lucha, firme y fiel con propósito. Todo esto lo pido, reconociendo la inefable sabiduría que me trasciende, y me alineo con ella para todos los tiempos por venir. Amén. Templarios de Cuba [email protected]

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