La historia de un rey... Hoy quiero hacerles una historia, basada en hechos reales y también un poco de fantasía, para que llegue y se entienda el mensaje. Como siempre sucede, en el mundo de los hombres, durante nuestra vida nos encontramos con toda clase de personas. Unas para bien y otras que gracias a sus acciones, nos ayudan a prepararnos mejor y forjar nuestro imperio. Así pues, la historia de un rey está llena de sacrificios y sinsabores. Pruebas muy díficiles y traidores que, a la primera señal de debilidad o cansancio, nos demostrarán su verdadera identidad o naturaleza. Hoy me quiero referir al reino de los leones, uno que nos ofrece sobrados ejemplos de todo lo dicho anteriormente. Un león jamás podrá reinar y morir en paz, mientras que vivan cerca sus enemigos y estos codicien su reino y su manada. En este caso, hay que estar preparados en todo momento para el combate y en los tiempos que corren, prevalece la batalla espiritual y mental. Hay que jugar con la mente del enemigo y hacerles creer que ellos tienen el poder. Es un juego complejo como el ajedrez, que ante la menor falta o equivocación, perderás a todos tus peones y luego tu séquito. La corte real estará igual en peligro si hay intrigas y conspiración. Todo rey debe detectar las amenazas y gobernar con sabiduría su reino. Aquí vamos a salir de lo abstracto para hablar de los reyes medievales, cuyas coronas fueron salvadas y mantenidas en varias ocasiones por sus vasallos. Por eso es importante rodearse de personas fieles y capaces. No se trata solo de lealtad sino de inteligencia. Si posees un gran número de soldados pero careces de un buen general y buenos consejeros, tus campañas y tu reinado fracasarán. En cambio, si tus oficiales y maestros (así como los demás caballeros) son de óptima calidad, te podrás enfrentar a una hueste mayor y saldrás victorioso. No busques cantidad sino calidad. Por otra parte, los hermanos que te juran lealtad deben estar convencidos y decididos a seguir a tu lado hasta el final. La jornada puede ser extenuante y cada proceso es agotador. Pasarán meses y años en los que la duda y la decepción serán el plato fuerte del día. Pero tus hermanos son la columna fuerte que sostiene tu reino y tu corona. Asimismo, puede que debas elegir o nombrar a otro monarca, que defienda tu bandera y tu proyecto, donde tu vista no puede abarcar. Este será tu mejor amigo y compañero. Dos reyes pueden más que uno y así quedó demostrado durante la reconquista, en la península ibérica. Recordad la carga de los tres reyes en la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212. Donde también, como es lógico, tuvieron participación las órdenes militares (templarios, calatravos y los de Santiago). Todos unidos por una sola causa y razón de ser. En la tierra santa ocurrió lo mismo, cuando un rey marchaba al combate, su confianza estaba en los caballeros templarios y hospitalarios (Caballeros de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta posteriormente). Especial mención merece el monarca Balduino IV. Quién venció en más de una ocasión al caudillo musulmán, Al-Nasir Salah Addin. Así llegamos al final de nuestra empresa y esperando que se haya entendido el mensaje. Unidad y no división. Control y confianza, en vez de mentiras, manipulación y traición. Dos reyes, una misma causa. Dos hermanos en la batalla, contra los enemigos de la moral y la verdad. Seguimos en el proceso hermano, hasta el final. Nnobis. Gracias William por tu lealtad y tu Fe. Gracias padre celestial. Por el temple y por Jesús. Honor y gloria. Infinitas bendiciones. Amén. Maestro de Formación. Fundador de TempleCuba.

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