Escuchar "Te presento la historia de mi tío el Beato Fortunato"
Síntesis del Episodio
Quiero hoy compartirles la alegría que como cristiano y sacerdote siento al celebrar la fiesta litúrgica de mi tío abuelo que fue sacerdote, el Beato Fortunato Velasco Tobar y que en la guerra civil española fue martirizado. En el 2013 fue beatificado por el Papa Francisco.
Hoy la Palabra de Dios en el Evangelio de Lc 14, 25-33 nos recuerda que debemos cargar con nuestra propia cruz para poder seguir a Jesús:
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y Él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: “Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Todo lo que hacemos es gracia y misericordia de Dios. Los caminos de Dios son incomprensibles, sin embargo, nos conducen por donde mejor nos conviene para nuestra salvación. Hoy quiero contarte la historia de mi tío el Padre Fortunato, quien era un hombre bueno, alegre, servicial… y Dios, por su misericordia, le permitió el martirio.
Fortunato nació en el 1 de junio de 1906 en el pueblo de Tardajos (Burgos), España, en el seno de una familia profundamente religiosa. Sus padres, Francisco y Felisa, tuvieron una familia de diecisiete hijos, algunos muertos al poco tiempo de nacer. La reunión familiar siempre era un ambiente de fiesta.
Hoy la Palabra de Dios en el Evangelio de Lc 14, 25-33 nos recuerda que debemos cargar con nuestra propia cruz para poder seguir a Jesús:
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y Él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: “Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Todo lo que hacemos es gracia y misericordia de Dios. Los caminos de Dios son incomprensibles, sin embargo, nos conducen por donde mejor nos conviene para nuestra salvación. Hoy quiero contarte la historia de mi tío el Padre Fortunato, quien era un hombre bueno, alegre, servicial… y Dios, por su misericordia, le permitió el martirio.
Fortunato nació en el 1 de junio de 1906 en el pueblo de Tardajos (Burgos), España, en el seno de una familia profundamente religiosa. Sus padres, Francisco y Felisa, tuvieron una familia de diecisiete hijos, algunos muertos al poco tiempo de nacer. La reunión familiar siempre era un ambiente de fiesta.
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