¿Realmente todos los padres están felices de que sus hijos o hijas tengan altas capacidades? ¿Cómo suelen recibir esta noticia? ¿Les sorprende? ¿Era algo ya esperado? Puede que la visión común de las altas capacidades nos haga pensar que todos los padres están tranquilos y deseosos de que sus hijos tengan altas capacidades, pero la realidad no suele ser así. En el día a día son muchos los que ante esta noticia más bien se preocupan e incluso expresan el deseo de que ojalá no fuera ese el caso de su hijo/a!! ¿Cómo es posible? Investigaciones previas dejan evidencia de que esta falta de estudio y, en consecuencia, de soluciones para las familias, promueve que surjan ciertas preocupaciones a los padres que difícilmente estarán solventadas: ¿y si el sistema educativo no cubre sus necesidades?, ¿cómo explicamos el diagnóstico a nuestro hijo y al resto de la familia?, ¿vamos a saber educarle?... El diagnóstico, como cualquier otra noticia importante, va a implicar cambios en las relaciones del ámbito familiar. Por una parte, puede suponer alteraciones en el establecimiento de los roles entre padres e hijos y también entre hermanos y, por otra parte, implicará también la necesidad de realizar modificaciones en el día a día para satisfacer las necesidades del hijo con altas capacidades. La relación entre la familia y el centro escolar dependerá de la respuesta educativa puesta en marcha para acompañar al niño ahora identificado. Será necesario establecer una buena coordinación y colaboración entre ambos sistemas. Finalmente, y en parte, en función del buen desarrollo de los aspectos mencionados anteriormente, se generará un impacto emocional en las familias que englobará un conjunto de emociones en las que influirán diferentes aspectos. Podéis dejar vuestras preguntas, comentarios,... e incluso testimonios vía email ([email protected]) o vía WhatsApp (971259568). Para uniros al WhatsApp, pinchad en este enlace y os llevará directamente: https://wa.me/message/2FMSSHCOT7UKP1

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