capítulo 2 IV La curación y la Liberación del Miedo

01/08/2017 8 min
capítulo 2 IV La curación y la Liberación del Miedo

Escuchar "capítulo 2 IV La curación y la Liberación del Miedo"

Síntesis del Episodio

El milagro es el medio, la Expiación el principio y la curación el resultado.

La Expiación, el último milagro, deshace la percepción errónea de que podamos existir como cuerpos individuales, separados de nuestra verdadera identidad en Dios.

Obramos milagros para corregir la confusión de niveles, pues el milagro da fe de que el único nivel creativo es la mente. El cuerpo no puede crear nada, es tan solo un vehículo y un medio de comunicación mientras estemos aquí.

Solo la mente puede crear, pues el espíritu ya es tal como tiene que ser, pero la mente decide ahora, en el mundo de la percepción, a que sistema de pensamiento quiere acoger.

Si acogemos al sistema de pensamiento del ego, éste nos dirá que el cuerpo, con quien te identificas, es el causante de todos tus males, tanto mentales como físicos, pues nos engaña diciendo que tiene un poder creador que, en realidad es exclusivo de la mente.

Si acogemos al del Espíritu Santo, nos dirá que el único nivel creativo es la mente y que ésta, Verdaderamente, sólo crea a semejanza de su Creador, pero que puede realizar un uso inadecuado de su capacidad creativa al "proyectar". Proyectar siempre implica un intento de expulsar fuera de la mente una idea que nos disgusta reconocer en nosotros, pero este mecanismo es un puro engaño, pues las ideas no abandonan su Fuente, aunque sí pueden ser Expiadas o deshechas cuando no tienen una fuente o causa real. De echo, éste es ahora nuestro trabajo como obradores de milagros, deshacer el miedo yendo a la causa, al nivel creativo o nivel mental.

La curación, el resultado, tendrá lugar en el nivel mental siempre que el milagro se lleve a cabo, pero unas veces tendrá efectos observables en el nivel físico y otras no.
El objetivo de la curación es liberarnos del miedo, por lo tanto, cuando los efectos de un milagro pudieran llevar a los implicados en el mismo a tener miedo, por ser muy llamativos, por ejemplo, estos no se producirán de una forma muy evidente, pues el milagro siempre se manifestará de la forma y con el lenguaje más comprensible para el que lo recibe.