Los que nos hemos hemos decidido por el camino de los milagros, hemos de ser conscientes de que nuestros precisos hermanos que todavía creen que tienen algo que temer, pueden creer que nos temen a nosotros cuando les ofrecemos la Verdad, pues antes de dejar de proyectar tienen que querer renunciar a sus creaciones falsas.

Mientras hemos estado percibiendo desde nuestra mente errada, le hemos tenido miedo a la Fuente de nuestra liberación, que es Dios. Pero, ahora, podemos elegir correctamente, al interprete adecuado y será desde ahí, desde una mente abierta a la Sabiduría divina, que no es nuestra de forma particular, pero es nuestra por Ser Quien Somos.

Si le negamos a nuestra mente cualquier poder destructivo estamos afirmando que sólo podemos crear como Crea Dios y que las creaciones falsas, verdaderamente, no tienen ningún poder por no venir De Dios.

Es la mente, por tanto, la que necesita iluminación o sanación, pues el Espíritu es inmutable. El Espíritu Santo nos Guía para aceptar la Expiación y cuando ésta se lleva a cabo, se acaba todo temor, pues este ahora nos sirve sólo para ser conscientes de la necesidad de corrección.

Los sentidos nos engañan, pero ahora podemos recurrir a Aquel que sabe cómo enseñarnos la Visión alternativa, la de Cristo. El milagro o Visión Crística, ve, no con los sentidos, sino con la mente que ahora acoge a la Verdad en sí misma.

El milagros sería un acto de caridad pues ve al hermano tal como Dios le Creó y no como el traidor que el creyó ser.

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