En las camas se condensa la historia en torno al ejercicio de la sexualidad y ésta vincula a las mujeres a partir de una posición de sometimiento que performa el modo en que esa dimensión es vivida. Las mujeres, en su diversidad, nos vemos atravesadas por posiciones subalternas en distintos ámbitos; sin embargo hay uno transversal a la gran mayoría de nosotras: la sexualidad ha sido históricamente una de las aristas en las que el patriarcado depositó sus mayores esfuerzos. 
Y no es casual. Despojarnos de nuestros deseos es quizás la estrategia fundamental para quebrarnos.

En la lucha por el reconocimiento como sujetas libres, autónomas y con capacidad de decisión, la sexualidad ocupa un lugar central.
Fundamentalmente para comprender que aparte de vivas y dignas, las mujeres nos queremos también, deseantes.
“El placer depende del cuerpo y sólo se alcanza si nosotras decidimos sobre nuestro cuerpo. El cuerpo controlado no permite el goce y nadie puede llamarse a sí misma libre, si no decide sobre su cuerpo”.
Graciela Hierro (2003).

Créditos:
Dignificada- Lila Downs.

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