Escuchar "¿De que tienes miedo?. Voz cedida por M. José Alcantara"
Síntesis del Episodio
Hoy me he decidido a escribir sobre el miedo, porque creo que es la mayor limitación a la que los seres humanos nos enfrentamos. Desde muy pequeña he sido muy miedosa. Conozco muy bien esta sensación, y he llegado a profundizar mucho en ella en mi proceso de autodescubrimiento personal. Es por eso que hoy me lanzo a escribir este artículo, por si a alguien puede servirle de ayuda mi propia experiencia y las conclusiones a las que yo he llegado.
He sido víctima de muchos miedos, imagino que como la mayoría de las personas. Recuerdo con nitidez el momento en el que aparecieron mis primeros temores: fue cuando falleció mi hermano pequeño, siendo un bebé, yo tenía tres años. Una edad en la que la mayor parte de las personas que me rodeaban pensaban que yo no era consciente de tantas cosas como en realidad era. Tengo más recuerdos de esta época de mi vida que la mayoría de las personas que conozco, en cambio, apenas recuerdo cosas de cuando estaba entre los 5 y los 10 años.
Aquello fue una desgracia para toda la familia, y en mi familia entró el dolor por la puerta para instalarse durante muchos años. Yo no entendía lo que había pasado, ni dónde estaba mi hermano. Imagino que intentaron explicármelo, eso no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es que por las noches comencé a soñar con Dios, con el cielo y con el infierno. Y aquel Dios que supuestamente se había llevado a mi hermano era una estatua de mármol fría, que descendía del cielo y se posaba sobre el suelo frente a mí. Yo me subía encima y le hablaba palabras de amor y le pedía que me dejara ver a mi hermano, pero aquella estatua se mantenía como tal.
Me recuerdo preocupada sin saber si las personas que estaban lejos habían muerto o iban a volver. En mi cabeza comenzó un verdadero caos entre lo que era y no era la muerte. A esa edad comencé a preguntarme sobre la existencia de Dios, y sobre lo que sucedía con nosotros cuando moríamos. Además mi padre era ateo, por lo que ni siquiera podía confiar en que realmente Dios existiera. Sentía muchísima tristeza pensando que mis padres tendrían que morir algún día, y verdadero pánico a la soledad que las muertes de los demás podrían llegar a suponerme. Fui creciendo, literalmente obsesionada con la muerte. Me convertí en una niña muy tímida y muy miedosa.
Como todas, esta es una historia muy larga como para contarla de una vez. En resumen, os diré que he sido tan miedosa como inquieta, y por suerte lo segundo prevaleció sobre lo primero. De alguna manera siempre me he sentido atraída por cosas que me daban verdadero pánico, y en muy pocas ocasiones he permitido que fuera el miedo quien decidiera por mí. Así que he sentido muchísimo miedo en mi vida, pero siempre he hecho lo que he querido. Para mí ha sido un gran triunfo personal haber recorrido ese sendero. He aprendido muchísimo en general, y concretamente sobre el miedo. https://www.cultivarsalud.com/coaching-y-crecimiento-personal/de-que-tienes-miedo/
He sido víctima de muchos miedos, imagino que como la mayoría de las personas. Recuerdo con nitidez el momento en el que aparecieron mis primeros temores: fue cuando falleció mi hermano pequeño, siendo un bebé, yo tenía tres años. Una edad en la que la mayor parte de las personas que me rodeaban pensaban que yo no era consciente de tantas cosas como en realidad era. Tengo más recuerdos de esta época de mi vida que la mayoría de las personas que conozco, en cambio, apenas recuerdo cosas de cuando estaba entre los 5 y los 10 años.
Aquello fue una desgracia para toda la familia, y en mi familia entró el dolor por la puerta para instalarse durante muchos años. Yo no entendía lo que había pasado, ni dónde estaba mi hermano. Imagino que intentaron explicármelo, eso no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es que por las noches comencé a soñar con Dios, con el cielo y con el infierno. Y aquel Dios que supuestamente se había llevado a mi hermano era una estatua de mármol fría, que descendía del cielo y se posaba sobre el suelo frente a mí. Yo me subía encima y le hablaba palabras de amor y le pedía que me dejara ver a mi hermano, pero aquella estatua se mantenía como tal.
Me recuerdo preocupada sin saber si las personas que estaban lejos habían muerto o iban a volver. En mi cabeza comenzó un verdadero caos entre lo que era y no era la muerte. A esa edad comencé a preguntarme sobre la existencia de Dios, y sobre lo que sucedía con nosotros cuando moríamos. Además mi padre era ateo, por lo que ni siquiera podía confiar en que realmente Dios existiera. Sentía muchísima tristeza pensando que mis padres tendrían que morir algún día, y verdadero pánico a la soledad que las muertes de los demás podrían llegar a suponerme. Fui creciendo, literalmente obsesionada con la muerte. Me convertí en una niña muy tímida y muy miedosa.
Como todas, esta es una historia muy larga como para contarla de una vez. En resumen, os diré que he sido tan miedosa como inquieta, y por suerte lo segundo prevaleció sobre lo primero. De alguna manera siempre me he sentido atraída por cosas que me daban verdadero pánico, y en muy pocas ocasiones he permitido que fuera el miedo quien decidiera por mí. Así que he sentido muchísimo miedo en mi vida, pero siempre he hecho lo que he querido. Para mí ha sido un gran triunfo personal haber recorrido ese sendero. He aprendido muchísimo en general, y concretamente sobre el miedo. https://www.cultivarsalud.com/coaching-y-crecimiento-personal/de-que-tienes-miedo/