Un día un pavo real caminaba, literalmente, pavoneándose por el bosque, pensando en lo hermoso que era su plumaje, lo extendía y contraía con gran orgullo. Giraba y al concluir el giro extendía el grandioso plumaje.

Cambiaba de un lugar a otro donde creyera que sería más impactante para cualquier espectador, de pronto, dio un giro tan magnífico que no midió bien la distancia y cayó a un acantilado.

Después de reponerse del susto y sacudirse un poco. Se dio cuenta que su plumaje estaba intacto y él también, así que se sintió aliviado, había corrido con mucha suerte, ahora solo tendría que salir de ahí.

Pero ¿cómo? Parecía que sería difícil y además, si no tenía cuidado se estropearía su hermoso plumaje del cual estaba tan orgulloso. Así que decidió tragarse un poco su orgullo y pedir ayuda, de seguro alguien pasaría y lo escucharía.

Y así fue, pasaba por ahí una zorra que lo escuchó y le gritó, "pavo, ¿te encuentras bien?" El pavo respondió inmediatamente, "sí, me encuentro bien, pero... no puedo subir, ojalá y alguien fuera tan amable de venir aquí por mí y sacarme. Tú, de seguro, eres muy fuerte, por favor, hazlo por mí"

"Lo entiendo", dijo la zorra y prosiguió, "por lo que veo, hay bastantes piedras y si lo haces con cuidado podrás subir sin problemas, ¿ya lo intentaste?"

El pavo real respondió, “claro que sí, pero tengo tanto miedo de estropear mi bello plumaje, ¿sabes? Estoy muy orgulloso de él, lo he cuidado por tantos años que lo menos que deseo es causarle algún daño”.

¡Oh, lo entiendo! Dijo la zorra y continuó, "yo no puedo bajar hasta allá pero haré algo por ti, acabo de atar esta soga a un árbol, está muy firme, sujétate a ella, trepa y sal de ahí, te será más sencillo escalar.

¡Por favor, no me abandones, te necesito, ayúdame! Le suplicó el pavo real con voz lastimera. La zorra le respondió, "lo estoy haciendo, por eso te aventé la soga".

Pero el pavo real insistía impacientemente, "es que tú no entiendes, no quiero una soga, quiero que vengas aquí por mí, tú eres fuerte y podrás sacarme si me cargas, pero lo tendrás que hacer con mucho cuidado para no estropear mi plumaje".

"Mmmm, lo entiendo", dijo la zorra y añadió, "mira, te escribí unas instrucciones en este papel para que puedas subir y salir de ahí. Ahora todo depende de ti, sé que puedes y lo harás. Nos vemos luego" y se fue.

Gotas de conciencia

Si una persona está en un aprieto y puedes ayudarla, hazlo, pero de acuerdo a tus posibilidades. Si la persona te impone sus condiciones de la ayuda, entonces, no quiere que la ayudes solamente, lo más probable es que tenga otros motivos ocultos.
Por favor, evita juzgar o satanizar a esta persona que solo busca lograr algo importante para ella en su vida, incluso si puedes ayudarla, hazlo.
Si sabiendo y entendiendo lo anterior, no te causa inconvenientes, entonces, ayúdala, probablemente haya algo bueno en esa situación para ti y para ella.
Si crees que eso daña tu autoestima y será perjudicial para ti, entonces, indica asertivamente que no puedes ayudar, un "no" contundente puede ser de mucha ayuda para ti y para la otra persona.
Si deseas ayudar pero sigues notando algo raro, puedes indicar hasta dónde puedes o quieres ser de ayuda, será algo positivo para ambas personas.
O bien, si después de analizar la situación decides que no lo harás, amablemente di "gracias, de momento no puedo". Habrás expresado lo que sientes y es positivo para ambas partes.
Cada interacción con alguien lleva consigo secretos y maravillosos recuerdos de vida para ti.
Cada persona es valiosa, trata a cada una con amor y verás como la vida te regresa cada acción amorosa pero multiplicada.


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Créditos y enlaces:
Música de entrada y salida: Crowander - The Big moment (apoya su trabajo https://crowander.bandcamp.com/)
Video de fondo: https://youtu.be/WxlyO14RB3I
Música de fondo: Dance of the Sugar Plum Fairy – Kevin MacLeod https://youtu.be/jUOZc27B1f4
Las imágenes fueron tomadas de internet.

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