Como otros muchos emprendedores en USA, Elisabeth Holmes abandonó sus estudios de química en la Universidad de Standford para crear (con 19 años) su propia empresa: Theranos.



En sus propias palabras, este término deriva de dos nombres: Terapia y diagnóstico (en inglés). “Hemos hecho posible la realización de análisis clínicos exhaustivos a partir de unas pocas gotas de sangre que se pueden extraer de un dedo”. Con esta sentencia aseguraba que estaba sentando las bases de la próxima revolución en medicina preventiva.



Recientemente hemos conocido la sentencia que resuelve este escandaloso caso, que cuestiona en gran medida, la filosofía de Silicon Valley y su innovación. El Piloto recuerda en este Report lo ocurrido con su particular estilo narrativo.



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