Viernes, 26 de Marzo de 2021

26/03/2021 4 min
Viernes, 26 de Marzo de 2021

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Síntesis del Episodio

En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: - «Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?» Los judíos le contestaron: - «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.» Jesús les replicó: - «¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.» Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes habla bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: - «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad.» Y muchos creyeron en él allí.


Dureza

Cénilo es mi nombre.
Vacío está mi corazón.
Mi mano sostiene una piedra y tú eres su horizonte.
Siento rabia.
Ira. No me atrevería a llamarle envidia.
Rechazo.
Indiferencia.
Dureza.
Dureza de mi corazón que se niega a aceptarte.
Dureza que palpan mis manos y deseo arrojarte a la cara.
Una piedra para compensar una blasfemia.
¡Blasfemia!

¡No eres Dios!
Eres hombre. Como nosotros. Eres débil. Eres barro. Eres mierda.
¡No eres Dios!

No lo entiendo.
Yo no soy Dios. Nunca podré serlo. Nunca seré su hijo. No soy Dios.
Estás loco. Y te vamos a apedrear.

Haces obras, sí. Pero son trucos.
Dureza. Dureza de mi corazón que se niega a aceptarte.
Dureza de la piedra que te quiero lanzar.

¡No eres Dios! Estás loco.
No me mires así.
¿Qué soy yo para ti?
No soy nada.
Y nada hay en mi corazón.

¿Por qué no entras al juego?
¿Por qué sigues amando?
No puedo competir contigo.
Deja de mirarme, que no puedo aguantarlo.
No rompas mi dureza.

¿Por qué estoy llorando?
Ya basta.
Me rindo.

Arranca de mi pecho mi corazón de piedra.