"Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso" (Lucas 6:36) es un mandato central del cristianismo que insta a los creyentes a imitar la compasión y el perdón incondicional de Dios Padre en su trato con los demás. Este versículo es parte del Sermón de la Llanura de Jesús y va seguido de instrucciones específicas sobre cómo vivir esta misericordia: No juzgar: Abstenerse de condenar a otros, reconociendo que todos tienen debilidades.Perdonar: Ofrecer perdón a quienes nos han ofendido, así como Dios nos perdona a nosotros.Dar generosamente: Compartir con los necesitados sin esperar recompensa, reflejando la generosidad de Dios, quien es bondadoso incluso con los desagradecidos y los malos.Usar la misma medida: La forma en que tratemos a los demás será la medida con la que Dios nos tratará a nosotros (la "medida apretada, sacudida y desbordante" mencionada en los versículos siguientes).

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