Limpieza Espiritual 1

30/10/2022 1 min
Limpieza Espiritual 1

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Síntesis del Episodio

Hablar con nuestros guías es algo natural y gozoso, algo que ellos disfrutan tanto como nosotros. Siendo así ¿por qué no lo hace constantemente todo el mundo?

El motivo es que debemos encontrarnos con ellos en su propia frecuencia, que es diferente a la nuestra. Como no existen en el cuerpo físico, su vibración es más fina. Para hablar con ellos, para comunicarnos, debemos salir de nuestro estado mental ordinario, el que se refiere a trabajos, relaciones, espacio vital, salud, etc , para pasar a la mente superior. Para hacer eso debemos aprender a desprendernos de ciertas cosas. Por eso el paso siguiente es la liberación.

Liberarnos de preocupaciones, problemas y creencias negativas sobre el propio yo nos deja en libertad de ingresar en el estado de claridad, neutralidad y amor incondicional que caracteriza el reino angelical. Nos lleva a un sitio del perdón, para nosotros mismos y para otros.

Los guías están dispuestos a asistirnos en la vida cotidiana, de modo que nuestras preocupaciones mundanas no carecen de importancia. Por el contrario. Justamente porque son importantes contribuyen a formar lo que sentimos sobre nosotros mismos, factor muy significativo para la conexión con los guías. Si estamos deprimidas, si nos sentimos indignas o culpables, si tenemos sentimientos negativos sobre otros, no estamos en la mente superior.

Para volar con los guías necesitamos ir ligeros de equipaje. Y para eso hay que purificar. Eso no significa que debamos ser santos para hablar con nuestros guías, sólo que debemos desechar el equipaje mental y emocional que cargamos gran parte del tiempo.

Las técnicas de liberación te ayudarán a desechar ese equipaje para que puedas conversar con naturalidad con tus guías. Como liberarse también ayuda a poner claridad en la vida cotidiana, tal vez descubras que tus cosas comienzan a marchar mejor y que te sientes más feliz, menos tensa y más en paz contigo misma.

Existe un aspecto especial del yo que, a veces, dificulta la conexión con nuestros guías. El yo en si no es malo, aunque ha adquirido una desagradable reputación en algunos círculos espirituales. Es el yo quien cuida de nuestros intereses, trabaja para protegernos de la desilusión y la sensación de fracaso. Pero, cuando se le alimenta con amorosa autoaceptación, el ego desarrolla un aspecto negativo que refleja la autocrítica y la sensación de valer poco.