Nuestros guías son mensajeros celestiales, puede parecerte algo extraño pero el primer paso para conectarse con ellos se llama enraizarte.

Enraizarte es esencial para cualquier tipo de trabajo espiritual y te resultará sumamente útil también en tu vida cotidiana.

Enraizarse significa centrar la atención en el cuerpo y estar presente en el momento. Es el acto de reunir todas las energías (mentales, emocionales y físicas) y poner pensamientos y emociones en un equilibrio sereno y armonioso dentro del cuerpo. Cuando estás enraizada resulta mucho más fácil centrar selectivamente la atención, ya estés trabajando en tu trabajo o en un proyecto, y visualizar u oír la voz de tu guía, en todo momento que deseas meditar.

Pasamos gran parte de la vida en piloto automático. Tal vez hayas tenido la experiencia durante un largo viaje manejando, de caer súbitamente en cuenta de qué estás manejando. Has manejado 10, 20 kilómetros, quizás más, cambiando de vías, haciendo señales y pisando los frenos cuando ha sido necesario, pero tu mente estaba a 1000 kilómetros de ahí.

Aprende a enraizarte, a reunir y estabilizar tus energías, marcará en tu vida una gran diferencia. Te permitirá estar presente por completo, alerta, relajada y receptiva. Puedes comparar el enraizarte al amarrar un bote al muelle o plantar en tierra los clavos para una carpa. Estar enraizada es estar anclada en conexión y a salvo.

Enraizarse es simple, pero indispensable para establecer una comunicación permanente con tu guía. Es la base para el proceso de GRACIA.

Ejercicio No. 1

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