Dios es un Dios de amor, pero también es un Padre que corrige para que podamos ser moldeados a su imagen y semejanza. Con el servicio Dios humilla nuestra carne y propios intereses, pero ¿Por qué lo hace?; cuando nosotros nos sometemos al servicio e instrucciones de alguien (porque el servicio a Dios implica personas) estamos sometiendo nuestra voluntad a la voluntad de Dios. El problema muchas veces es que no queremos someternos y centramos el servicio a Dios “Sólo como yo quiero y cuando yo puedo”, y eso lleva a que no sea genuino nuestro servicio, entonces tenemos un terreno por conquistar para Dios, que es “EL SERVICIO”.
Amados, El Servicio conquista nuestro corazón para Dios; porque es una forma de adoración; entonces si decimos que adoramos a Dios es porque estamos dispuestos y disponibles para su obra, sin argumentos ni quejas que lo detengan. Además, ser un fiel servidor del Señor trae sobre el creyente una promoción, es decir, que te asciende del lugar donde estás a otro mucho mejor, pero ésta no viene por tener el conocimiento completo de la Biblia sino que se manifiesta por tener un corazón de Siervo; el cual por cierto no se nace con él sino que se hace a través del Señor, por medio de sacrificios, entrega y renuncias.
Y tú, ¿Sabes por qué Dios te ha llamado?; lo hizo porque ha visto en ti el potencial para desarrollar un corazón de Siervo; que es fiel, obediente y sabe someterse y disponerse sin amargura ni reproche en su corazón. No veas el proceso como un mal sino como una bendición de parte de Dios para formarte. Entonces, ¿te atreves a mantener una fe inquebrantable que no se mueve por las circunstancias y proseguir al blanco, para ser un fiel servidor del Señor? Te invitamos a ser un valiente del Señor y disponer tu corazón a obedecer a Dios y provocar el Reino de los Cielos en la Tierra.

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