Escuchar "Redes (382) - El alma en el cerebro (Ciencia, divulgación)"
Síntesis del Episodio
A lo largo del tiempo se ha creído que el alma residía en el corazón, el motor de la vida. Durante millones de civilizaciones cuando se enterraban los muertos, se dejaba el corazón intacto. No se pensaba en el cerebro como el órgano en el que se ubica nuestro sentido del yo, nuestra personalidad, nuestros recuerdos,... Fue a partir del siglo XVII que Thomas Willis y sus colaboradores afirmaron que la memoria, la capacidad de aprendizaje y las emociones eran en realidad producto de los átomos del cerebro, de la química.
¿Es nuestro cerebro semejante al de otras especies? ¿Los caballos usan las mismas partes del cerebro que nosotros para encontrar la comida en un prado? Veremos que Thomas Willis prefigura un tipo de pensamiento evolucionista que, 200 años más tarde, Darwin acogería en la Teoría de la evolución.
Mientras la mayoría de gente del siglo XVII pensaba que las personas que tenían ataques epilépticos eran poseídas por el demonio, Thomas Willis pensaba que mediante la alteración química de la actividad cerebral se podían curar muchas enfermedades. Ahora sabemos que con solo tomar una copa de vino podemos modificar nuestro cerebro. Y la pregunta que nos planteamos es: ¿cómo cambiarlo del modo que realmente queremos?
Actualmente se observa que en diferentes enfermedades cerebrales, como el Alzheimer, el sentido del yo desaparece paulatinamente a medida que el cerebro se va destruyendo. Por ello no puedes forjarte en la idea de una muerte súbita, sino que ves que el yo se desintegra, incluso, que a veces, se transforma en otra persona.
Carl Zimmer, escritor de ciencia en el New York Times e invitado de esta semana en Redes, nos llevará a través del siglo XVII junto con Thomas Willis hasta a la actualidad, donde todavía la conciencia sigue siendo un misterio.
En el plató contaremos con la presencia de tres historiadores de la ciencia: Francesc Bujosa, de la Universidad de las Islas Baleares, Alvar Martínez, del CEHIC de la Universidad Autónoma de Barcelona y Núria Pérez del CEHIC de la Universidad Pompeu Fabra, donde seguiremos buscando el alma a lo largo de la historia: Descartes, La Mettrie, Jesús y su corazón en llamas o el Quijote.
¿Es nuestro cerebro semejante al de otras especies? ¿Los caballos usan las mismas partes del cerebro que nosotros para encontrar la comida en un prado? Veremos que Thomas Willis prefigura un tipo de pensamiento evolucionista que, 200 años más tarde, Darwin acogería en la Teoría de la evolución.
Mientras la mayoría de gente del siglo XVII pensaba que las personas que tenían ataques epilépticos eran poseídas por el demonio, Thomas Willis pensaba que mediante la alteración química de la actividad cerebral se podían curar muchas enfermedades. Ahora sabemos que con solo tomar una copa de vino podemos modificar nuestro cerebro. Y la pregunta que nos planteamos es: ¿cómo cambiarlo del modo que realmente queremos?
Actualmente se observa que en diferentes enfermedades cerebrales, como el Alzheimer, el sentido del yo desaparece paulatinamente a medida que el cerebro se va destruyendo. Por ello no puedes forjarte en la idea de una muerte súbita, sino que ves que el yo se desintegra, incluso, que a veces, se transforma en otra persona.
Carl Zimmer, escritor de ciencia en el New York Times e invitado de esta semana en Redes, nos llevará a través del siglo XVII junto con Thomas Willis hasta a la actualidad, donde todavía la conciencia sigue siendo un misterio.
En el plató contaremos con la presencia de tres historiadores de la ciencia: Francesc Bujosa, de la Universidad de las Islas Baleares, Alvar Martínez, del CEHIC de la Universidad Autónoma de Barcelona y Núria Pérez del CEHIC de la Universidad Pompeu Fabra, donde seguiremos buscando el alma a lo largo de la historia: Descartes, La Mettrie, Jesús y su corazón en llamas o el Quijote.
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