Escuchar "“Administrando o sirviendo al Señor Dios con integridad de corazón”"
Síntesis del Episodio
Confesión de Fe de Westminster
Capítulo XXVI
LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
Secciones I, II y III
I. Todos los santos están unidos a Jesucristo, su cabeza, por su Espíritu, y por la fe que tienen, participan con él en sus gracias, sufrimientos, muerte, resurrección y gloria; (I Juan 1:3; Ef. 3:16; Fil. 3:10) y estando unidos los unos con los otros en amor, tienen comunión los unos en los dones y gracias de los otros, (Ef. 4:15, 16) y están obligados a cumplir los deberes públicos y privados para bien mutuo, tanto en el hombre interior como en el exterior. (I Ts. 5:11, 14; Gá. 6:10; I Juan 3:16-18).
II. Los santos, por su profesión, están obligados a mantener entre sí un compañerismo y comunión santos en el culto de Dios y en el cumplimiento de los otros servicios espirituales que tienden a su edificación mutua. (He. 10:24, 25; Actos 2: 2, 46; Isa. 2:3; I Co. 11:20) así como a socorrerse los unos a los otros en las cosas temporales según su posibilidad y necesidades. Esta comunión debe extenderse, según Dios presente la oportunidad, a todos los que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús. (I Juan 3:17; Actos 11:29, 30; II Co. Caps. 8 y 9).
III. Esta comunión que los santos tienen con Cristo, no les hace de ninguna manera participantes de la sustancia de su divinidad: ni los hace iguales a Cristo en ningún respecto, y el afirmar tal cosa sería impiedad y blasfemia. (Col. 1:18; I Co. 8:6; Sal. 45:7; I Ti. 6:16) Tampoco la comunicación que tienen los santos unos con otros, quita ni destruye el título o la propiedad que cada hombre tiene sobre sus bienes o posesiones. (Actos 5:4)
Lectura Devocional: Salmo 111
Salmos 111 (RVA)
“1ALABARÉ á Jehová con todo el corazón, En la compañía y congregación de los rectos. 2 Grandes son las obras de Jehová; Buscadas de todos los que las quieren. 3 Gloria y hermosura es su obra; Y su justicia permanece para siempre. 4 Hizo memorables sus maravillas: Clemente y misericordioso es Jehová. 5 Dió mantenimiento á los que le temen; Para siempre se acordará de su pacto. 6 El poder de sus obras anunció á su pueblo, Dándole la heredad de las gentes. 7 Las obras de sus manos son verdad y juicio: Fieles son todos sus mandamientos; 8 Afirmados por siglo de siglo, Hechos en verdad y en rectitud. 9 Redención ha enviado á su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto: Santo y terrible es su nombre. 10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Buen entendimiento tienen cuantos ponen aquéllos por obra: Su loor permanece para siempre”.
MEDITACIÓN de la Palabra:
Mateo 25:14-30 (RVA)
“14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que partiéndose lejos llamó á sus siervos, y les entregó sus bienes. 15 Y á éste dió cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno: á cada uno conforme á su facultad; y luego se partió lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos se fué, y granjeó con ellos, é hizo otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también él otros dos. 18 Mas el que había recibido uno, fué y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Y después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, é hizo cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos he ganado sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. 22 Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos he ganado sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. 24 Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste; 25 Y tuve miedo, y fuí, y escondí tu talento en la tierra: he aquí tienes lo que es tuyo. 26 Y respondiendo su señor, le dijo: Malo y negligente siervo, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí; 27 Por tanto te convenía dar mi dinero á los banqueros, y viniendo yo, hubiera recibido lo que es mío con usura. 28 Quitadle pues el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque á cualquiera que tuviere, le será dado, y tendrá más; y al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes”.
Capítulo XXVI
LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
Secciones I, II y III
I. Todos los santos están unidos a Jesucristo, su cabeza, por su Espíritu, y por la fe que tienen, participan con él en sus gracias, sufrimientos, muerte, resurrección y gloria; (I Juan 1:3; Ef. 3:16; Fil. 3:10) y estando unidos los unos con los otros en amor, tienen comunión los unos en los dones y gracias de los otros, (Ef. 4:15, 16) y están obligados a cumplir los deberes públicos y privados para bien mutuo, tanto en el hombre interior como en el exterior. (I Ts. 5:11, 14; Gá. 6:10; I Juan 3:16-18).
II. Los santos, por su profesión, están obligados a mantener entre sí un compañerismo y comunión santos en el culto de Dios y en el cumplimiento de los otros servicios espirituales que tienden a su edificación mutua. (He. 10:24, 25; Actos 2: 2, 46; Isa. 2:3; I Co. 11:20) así como a socorrerse los unos a los otros en las cosas temporales según su posibilidad y necesidades. Esta comunión debe extenderse, según Dios presente la oportunidad, a todos los que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús. (I Juan 3:17; Actos 11:29, 30; II Co. Caps. 8 y 9).
III. Esta comunión que los santos tienen con Cristo, no les hace de ninguna manera participantes de la sustancia de su divinidad: ni los hace iguales a Cristo en ningún respecto, y el afirmar tal cosa sería impiedad y blasfemia. (Col. 1:18; I Co. 8:6; Sal. 45:7; I Ti. 6:16) Tampoco la comunicación que tienen los santos unos con otros, quita ni destruye el título o la propiedad que cada hombre tiene sobre sus bienes o posesiones. (Actos 5:4)
Lectura Devocional: Salmo 111
Salmos 111 (RVA)
“1ALABARÉ á Jehová con todo el corazón, En la compañía y congregación de los rectos. 2 Grandes son las obras de Jehová; Buscadas de todos los que las quieren. 3 Gloria y hermosura es su obra; Y su justicia permanece para siempre. 4 Hizo memorables sus maravillas: Clemente y misericordioso es Jehová. 5 Dió mantenimiento á los que le temen; Para siempre se acordará de su pacto. 6 El poder de sus obras anunció á su pueblo, Dándole la heredad de las gentes. 7 Las obras de sus manos son verdad y juicio: Fieles son todos sus mandamientos; 8 Afirmados por siglo de siglo, Hechos en verdad y en rectitud. 9 Redención ha enviado á su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto: Santo y terrible es su nombre. 10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Buen entendimiento tienen cuantos ponen aquéllos por obra: Su loor permanece para siempre”.
MEDITACIÓN de la Palabra:
Mateo 25:14-30 (RVA)
“14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que partiéndose lejos llamó á sus siervos, y les entregó sus bienes. 15 Y á éste dió cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno: á cada uno conforme á su facultad; y luego se partió lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos se fué, y granjeó con ellos, é hizo otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también él otros dos. 18 Mas el que había recibido uno, fué y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Y después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, é hizo cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos he ganado sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. 22 Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos he ganado sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. 24 Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste; 25 Y tuve miedo, y fuí, y escondí tu talento en la tierra: he aquí tienes lo que es tuyo. 26 Y respondiendo su señor, le dijo: Malo y negligente siervo, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí; 27 Por tanto te convenía dar mi dinero á los banqueros, y viniendo yo, hubiera recibido lo que es mío con usura. 28 Quitadle pues el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque á cualquiera que tuviere, le será dado, y tendrá más; y al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes”.
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22/08/2018
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